La investidura de Donald Trump como el nuevo presidente de los Estados Unidos estuvo llena de momentos simbólicos, gestos políticos y también anécdotas curiosas. Uno de los episodios más comentados ocurrió cuando Trump intentó besar a su esposa, Melania, en la mejilla durante la ceremonia en la Rotonda del Capitolio.
Lo que ha llamado la atención de todos es como este gesto romántico acabó quedando en el aire por la extraña forma en la que Melania se movió, llevando a muchos a pensar que estaba “esquivando” el beso de su esposo, mientras que otros lo atribuyen al sombrero de Melania, el cual, sin quererlo, se robó el protagonismo del momento.
El incómodo beso entre Melania y Donald Trump da de qué hablar en las redes
Melania, conocida por su estilo impecable y reservado, lució un atuendo sobrio y elegante diseñado por Adam Lippes. Optó por un vestido abrigo azul oscuro, guantes de cuero negro y un sombrero de ala ancha en el mismo tono, con un ribete blanco que marcaba contraste.
Este accesorio no solo destacaba por su elegancia, sino que también jugó un papel inesperado en el incómodo momento entre la pareja presidencial. Cuando Donald Trump entró al Capitolio entre vítores y música, se acercó a su esposa para darle un beso en la mejilla. Sin embargo, el ala del sombrero de Melania dificultó el gesto, y el beso quedó suspendido en el aire.
Ella, manteniendo su característico porte sereno, no hizo ningún intento por ajustar el sombrero o facilitar el saludo. El momento fue rápidamente captado por las cámaras y no tardó en generar reacciones en las redes sociales, dividiendo a los usuarios, quienes no escatimaron en generar polémica al respecto.
El sombrero de Melania y su beso con Donald Trump se vuelven tendencia
Los comentarios sobre el sombrero de Melania no tardaron en aparecer. Para algunos, fue un símbolo de su actitud distante; para otros, un simple accidente estilístico. En cualquier caso, el accesorio se convirtió en uno de los detalles más comentados de una jornada que de por sí ya tenía un peso mediático y político enorme.
La primera dama acompañó el momento con una expresión reservada, fiel a su estilo característico, mientras su hijo Barron, notable por su altura y porte, permanecía a su lado. Este pequeño incidente no hizo más que reforzar el interés en la dinámica entre Melania y Donald Trump, una relación que ha sido objeto de escrutinio desde que asumieron el protagonismo político en 2016.