TEL AVIV, Israel (AP) — El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo el jueves que una “crisis de última hora” con Hamás estaba demorando la aprobación por parte de su país del esperado acuerdo para pausar un cese al fuego en la Franja de Gaza y que permitiría liberar a decenas de rehenes.
Mientras, desde el anuncio de tregua la tarde del miércoles, los ataques aéreos israelíes mataron al menos 72 personas en todo el enclave devastado por la guerra, aunque otras versiones elevan el número a 81.
¿Por qué surgieron problemas en la tregua entre Israel y Hamás?
Netanyahu comenzó a señalar que había problemas con el acuerdo apenas unas horas después de que fuese anunciado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y Qatar, un mediador clave en el proceso. La objeción creó una doble realidad: los palestinos cansados de la guerra en la Franja, los familiares de los rehenes retenidos y los líderes mundiales dieron la bienvenida a un acuerdo que se espera entre en vigor domingo, aunque el líder israelí decía que aún no estaba finalizado.
No estaba claro si las declaraciones de Netanyahu reflejaban simplemente las maniobras para mantener a su fracturada coalición de gobierno unida o si el pacto estaba realmente en riesgo.
La oficina de Netanyahu dijo que su gobierno no se reunirá para aprobar el pacto hasta que Hamás retroceda y acusó al grupo insurgente palestino de incumplir partes del acuerdo en un intento de forzar concesiones de última hora, pero no ofreció más detalles.
Izzat al-Rishq, un alto funcionario de Hamás, afirmó que el grupo “está comprometido con el acuerdo de alto al fuego, que fue anunciado por los mediadores”.
El pacto anunciado el miércoles supondrá la liberación de decenas de rehenes retenidos en Gaza y pausará los combates con vistas a un final definitivo del conflicto que durante los últimos 15 meses que ha desestabilizado Oriente Medio y provocado protestas en todo el mundo.
Netanyahu enfrenta una gran presión interna
La oficina de Netanyahu había acusado antes a Hamás de retractarse de un entendimiento que, según afirmó, daría a Israel derecho a veto sobre qué prisioneros palestinos condenados por asesinato quedarían libres a cambio de rehenes.
El primer ministro israelí ha enfrentado una gran presión interna para el regreso de las decenas de rehenes, pero sus socios en la coalición de ultraderecha han amenazado con hacer caer el gobierno si hace demasiadas concesiones. Tiene apoyos suficientes en la oposición para aprobar el pacto, pero hacerlo debilitaría su ejecutivo.
Uno de sus aliados de ultraderecha, el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir, ya se ha manifestado en contra del acuerdo. Otro, Bezalel Smotrich, publicó en X el miércoles por la noche que exigía la “certeza absoluta” de que Israel podrá reanudar la guerra más tarde y calificó el pacto de “malo y peligroso” para el país.
La salida de ambas facciones desestabilizaría seriamente el gobierno y podría llevar a elecciones anticipadas.
¿Cuáles son los detalles por un cese al fuego?
El acuerdo alcanzado el miércoles contempla la liberación de 33 rehenes durante las próximas seis semanas a cambio de cientos de palestinos encarcelados por Israel. Las fuerzas israelíes se retirarán de muchas zonas, cientos de miles de palestinos podrán regresar a lo que queda de sus hogares y habrá un aumento de la ayuda humanitaria.
El resto de los rehenes, incluidos los soldados varones, quedarán libres en una segunda fase, mucho más complicada, que se negociará durante la primera etapa. Hamás ha dicho que no dejará ir a los cautivos restantes sin un alto al fuego duradero y una retirada israelí completa, mientras que Israel ha prometido que seguirá luchando hasta desmantelar el grupo y que mantendrá el control de la seguridad del enclave de forma indefinida.