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Hezbollah dispara hacia zona fronteriza controlada por Israel tras ataques israelíes contra Líbano

El ejército israelí lanzó los ataques a pesar de haber entrado en vigor un alto al fuego

JERUSALÉN (AP) — Hezbollah disparó el lunes hacia una zona fronteriza controlada por Israel, después de múltiples ataques israelíes contra Líbano desde que entró en vigor un alto al fuego la semana pasada. El grupo político-paramilitar libanés dijo que se trató de un disparo de advertencia en respuesta a lo que describió como repetidas violaciones israelíes de la tregua.

Líderes israelíes amenazaron con represalias, y el ejército israelí bombardeó horas después el sur de Líbano, incluidos cinco impactos en la región de Al Tufa, informaron medios estatales libaneses. No hubo información inmediata sobre víctimas o dónde cayeron las bombas. Los ataques israelíes en Líbano en los últimos días han matado al menos a cuatro personas y herido a otras.

Los ataques han tensado aún más el frágil alto al fuego mediado por Estados Unidos y Francia, el cual comenzó el miércoles y establece una pausa de 60 días en los combates. Su objetivo es poner fin a más de un año de guerra entre Hezbollah e Israel, que es parte de un conflicto regional más amplio desencadenado por la devastadora guerra en Gaza.

El presidente del parlamento libanés, Nabih Berri, acusó a Israel de violar la tregua más de 50 veces en los últimos días, con ataques y con la demolición de casas cerca de la frontera, y con el sobrevuelo de drones.

Israel alega que sus ataques fueron en respuesta a violaciones de Hezbollah al alto al fuego, las cuales no especificó, y afirma que según el acuerdo de alto al fuego se reserva el derecho a tomar represalias.

El ejército israelí indicó que Hezbollah lanzó el lunes dos proyectiles hacia el monte Dov, un territorio disputado controlado por Israel conocido como Granjas de Shebaa en Líbano, donde se encuentran las fronteras de Líbano, Siria e Israel. Israel afirmó que los proyectiles cayeron en áreas abiertas y no se reportaron heridos.

Hezbollah señaló en un comunicado que atacó una posición militar israelí en la zona como “respuesta defensiva y de advertencia” luego de las “violaciones repetidas” del acuerdo de alto al fuego por parte de Israel. Afirmó que las quejas presentadas a los mediadores encargados de monitorear el alto al fuego “fueron inútiles para detener estas violaciones”.

Funcionarios de Estados Unidos, que junto con Francia lideran una comisión destinada a monitorear la adhesión al acuerdo, minimizaron la importancia de los ataques israelíes. El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, aseveró que “en términos generales, el alto al fuego se está manteniendo”.

“Hemos pasado de docenas de ataques a uno al día, quizás dos al día”, dijo Kirby a los periodistas. “Vamos a seguir intentando y ver qué podemos hacer para reducirlos a cero”.

Israel amenaza con represalias

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que los disparos de Hezbollah fueron “una violación grave” y prometió que “Israel responderá con fuerza”. El ministro de Defensa, Israel Katz, dijo que los disparos de Hezbollah recibirán “una dura respuesta”.

Bajo el acuerdo de alto al fuego, Hezbollah tiene 60 días para retirar a sus combatientes e infraestructura del sur de Líbano, retrocediendo al norte del río Litani, que está a unos 30 kilómetros de la frontera israelí-libanesa. Durante ese tiempo, las tropas israelíes también deben retirarse a su lado de la frontera.

El lunes antes del fuego de Hezbollah, Israel lanzó al menos cuatro bombardeos y una andanada de disparos de artillería contra el sur de Líbano, incluido un ataque con drones que mató a una persona en una motocicleta, según medios estatales libaneses. Otro ataque mató a un cabo de los servicios de seguridad libaneses. El ejército israelí dijo que llevó a cabo operaciones en el sur contra combatientes de Hezbollah “para frustrar amenazas contra civiles israelíes”.

Israel también atacó el lunes un bulldozer del ejército libanés, hiriendo a un soldado, en la ciudad nororiental de Hermel, muy al norte del río Litani. El ejército israelí afirmó que atacó vehículos militares que operaban “en el área de un sitio de fabricación de misiles de Hezbollah”.

El ejército libanés, que se había mantenido al margen de la guerra entre Israel y Hezbollah, debe desplegar tropas adicionales en el sur junto a los cascos azules de la ONU para asegurar la retirada de Hezbollah de la zona. Otro ataque israelí el sábado en el área sureña de Marjayoun mató a dos personas, según medios estatales.

En una declaración en video, el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gideon Saar, dijo que Israel atacaría a combatientes de Hezbollah en el sur cuando sean identificados o vistos intentando mover armas.

“Su presencia al sur del río Litani es la violación más básica de los entendimientos... Deben moverse hacia el norte inmediatamente”, dijo, a pesar del periodo de 60 días que el acuerdo otorga para una retirada.

Temores de hambruna en Gaza

Mientras tanto, en Gaza, la alarma por el aumento del hambre estaba creciendo. La cantidad de alimentos permitidos por Israel ha disminuido en los últimos dos meses, y el domingo la ONU anunció que detendría la entrega de ayuda desde el cruce principal hacia el territorio debido a la amenaza de que bandas armadas saqueen los convoyes.

Expertos ya habían advertido sobre una hambruna en la parte más septentrional de Gaza, que las fuerzas israelíes han aislado casi completamente desde principios de octubre.

Muhannad Hadi, el coordinador humanitario de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, advirtió el lunes sobre un “aumento severo del hambre” en el centro y sur de Gaza también. Hablando en una conferencia en El Cairo destinada a aumentar la ayuda, dijo que más de 1 millón de personas no han recibido sus raciones alimentarias mensuales desde julio.

La campaña militar de Israel en Gaza, desencadenada por el ataque del 7 de octubre de 2023 de Hamás en el sur de Israel, ha desplazado a casi toda la población del territorio. Cientos de miles de palestinos ahora viven en campamentos insalubres y dependen de la ayuda internacional.

En un campamento en la ciudad de Deir al-Balah, en el centro de Gaza, los palestinos hacían fila en hornos de barro improvisados intentando comprar unas pocas hogazas de pan para sus familias.

Con el precio de la harina aumentando debido a la escasez, las panaderas —mujeres desplazadas del norte— dijeron que podían hornear menos pan, y las familias podían permitirse mucho menos.

“Las reparten a sus hijos, una hogaza cada día”, dijo Wafaa al-Attar, quien vendía pan que había hecho en un horno de barro.

Una pariente lejana que también vende pan, Enayat al-Attar, dijo que algunas personas cortaban un solo pedazo de pan plano entre ellas. “La harina se está acabando para todos”, comentó.

El ejército israelí dijo que permitió la entrada de 40 camiones que transportaban 600 toneladas de harina para el Programa Mundial de Alimentos en el sur de la Franja de Gaza el domingo por la noche, así como otros 16 camiones de alimentos.

En noviembre se reportó un aumento en el número promedio de camiones humanitarios que Israel permitió entrar en Gaza, hasta 77 diarios, comparados con 57 el mes anterior, según cifras oficiales israelíes.

Pero los niveles siguen siendo casi los más bajos en 15 meses de guerra. Y la ONU dice que menos de la mitad de eso realmente llega a los palestinos porque las restricciones militares israelíes, los combates y los robos hacen que sea demasiado peligroso distribuir la ayuda.

El domingo, el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, conocido como UNRWA, dijo que suspendería las entregas de ayuda a través de Kerem Shalom, la arteria principal para la ayuda, debido a robos repetidos.

Culpó del colapso del orden público en gran parte a las políticas israelíes.

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