Este 5 de noviembre de 2024, se están llevando a cabo las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Los último votantes se encuentran en las urnas para elegir al próximo presidente, en una contienda que enfrenta a Donald Trump, el candidato del Partido Republicano, contra Kamala Harris, la actual vicepresidenta y candidata del Partido Demócrata.
A medida que los resultados de los comicios comienzan a llegar, el mapa electoral se va tiñendo de los colores que reflejan los estados ganados por cada candidato. Este mapa, sin embargo, es mucho más que una simple representación visual de los votos. Es la clave para entender cómo se decide quién ocupará la Casa Blanca, y para comprenderlo mejor, es importante conocer el funcionamiento del sistema electoral de Estados Unidos.
El sistema del Colegio Electoral
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos no se deciden por el voto popular directo, sino a través de un sistema denominado Colegio Electoral. Este sistema asigna a cada estado un número determinado de electores, que son los encargados de votar para elegir al presidente. El número de electores de cada estado se basa en su representación en el Congreso: dos senadores más el número de miembros de la Cámara de Representantes que tenga el estado.
En total, hay 538 electores, y para ganar la presidencia se necesita una mayoría absoluta de al menos 270 votos electorales. Esto significa que, aunque un candidato pueda ganar el voto popular en un estado, lo que realmente importa para decidir quién será el presidente es cuántos electores obtiene en ese estado.
Así funciona el mapa electoral
Durante la jornada electoral, se va actualizando en tiempo real el mapa electoral, mostrándonos qué estados han sido ganados por cada candidato.
En la mayoría de los estados, el sistema es “todo o nada”, es decir, el candidato que obtiene la mayoría de votos en un estado se lleva todos los electores de ese estado. Por ejemplo, si Donald Trump gana en Texas, que tiene 40 electores, se lleva todos esos votos, independientemente de cuántos votos de diferencia haya entre los candidatos.
Sin embargo, existen excepciones. En Maine y Nebraska, el sistema es proporcional: los electores se distribuyen según el resultado en cada uno de los distritos congresionales.
Estados clave o “swing states”
En estas elecciones de 2024, hay una serie de estados clave, conocidos como “swing states” o “battleground states”, que son cruciales para definir al ganador.
Estos, debido a su equilibrio político, pueden ser ganados por cualquiera de los dos principales partidos, y por lo tanto son el foco de la mayoría de los esfuerzos de campaña.
Estados como Florida, Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Arizona están siendo observados de cerca, ya que su resultado puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota. En el caso de Florida, por ejemplo, es un estado con una gran cantidad de electores (29), y su resultado podría ser decisivo si la contienda es cerrada. La victoria en estos estados clave podría poner a uno de los candidatos mucho más cerca de alcanzar los 270 votos electorales necesarios para ganar.