La cirrosis es una de las principales causas de mortalidad en el mundo —la séptima en concreto— y la segunda cuestión que provoca pérdida de años en Europa. El motivo es que puede causar cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular) y junto a la cirrosis son las dos enfermedades que causan dos millones de muertes cada año.
Debido a esto, investigadores del Hospital Clínic-Idibaps han liderado un estudio internacional, en el marco del proyecto europeo ‘LiverScreen’, a través del cual han diseñado una herramienta predictiva que permite determinar el riesgo de desarrollar cirrosis u otras enfermedades graves en el hígado en la población general.
Investigación
El trabajo, publicado en la revista de Reino Unido ‘The Lancet’, se centró en el desarrollo de un índice de riesgo. Para ello, los expertos se basaron en los datos de 6.400 personas sin enfermedad hepática conocida, a las que tras una prueba de elastografía hepática, que permite determinar la rigidez del hígado, se les diagnosticó fibrosis hepática.
Este índice de riesgo se validó posteriormente en un grupo de 8.369 personas de la población general y su valor pronóstico se determinó en una cohorte de más de 416.000 participantes sin enfermedad hepática y con un seguimiento de 12 años.
‘LiverRisk’
El índice, denominado ‘LiverRisk’, se basa en dos factores (edad y sexo) y seis parámetros estándares de laboratorio, permite hacer una predicción de la aparición de fibrosis hepática y de cuál es la situación de normalidad o anormalidad del hígado de una persona, y también prever la posibilidad de aparición de complicaciones a largo plazo. Estos valores son los de glucosa, colesteros, las dos tras tansaminasas, la enzima gamma glutamil transpeptidasa (GGT) y la tasa de plaquetas en sangre.
Introduciendo estos datos en la página web de ‘LiverRisk’, se realiza automáticamente un cálculo y aparece una escala de riesgo. Por debajo de 6 el riesgo es mínimo, de 6 a 10 es bajo, entre 10 y 15 intermedio y a partir de 15 es alto.
“De este modo, se puede prever la posibilidad de que una persona tenga una cirrosis a largo plazo y acabe desarrollando cáncer o muriendo por la enfermedad”, explicó Pere Ginès, consultor del Servicio de Hepatología del Clínic y coordinador del estudio.
Enfermedad silenciosa
Pere Ginès subrayó que la cirrosis es una enfermedad que “se desarrolla muy lentamente y no produce síntomas, de forma que muy a menudo cuando se diagnostica está en una fase muy avanzada y en la que las posibilidades de tratamiento son muy limitadas”, por lo que «poder identificar de forma temprana qué personas están en riesgo de tener una fibrosis progresiva en el hígado permitiría poder aplicar cambios en el estilo de vida de las personas o realizar tratamientos para prevenir el desarrollo de la cirrosis».
Hasta la fecha, las técnicas no invasivas o las calculadoras de riesgo basadas en analíticas tenían ciertas limitaciones. Había una necesidad médica no cubierta para disponer de herramientas sencillas basadas en variables clínicas o de laboratorio para identificar a las personas en riesgo de fibrosis hepática.
Pere Ginès adujo que la aplicabilidad de la nueva técnica es “parecida a la de los factores de riesgo cardiovascular que existen desde hace muchos años y que predicen si una persona tiene un riesgo de tener un infarto de miocardio”.
A su juicio, “en este caso, sería parecido, pero determinando el riesgo de una enfermedad hepática grave”, lo que es “muy importante” para “diagnosticar de manera precoz estas enfermedades y hacer un tratamiento antes de que los pacientes desarrollen una cirrosis”.