Dos altos funcionarios ucranianos fueron destituidos por el presidente Volodimir Zelenski. Unos 650 empleados están bajo investigación en sus servicios por “alta traición” e inteligencia con el enemigo ruso.
De acuerdo al corresponsal del medio RFI, Stéphane Siohan, una tormenta política cayó sobre Kiev con la publicación de dos decretos presidenciales. En ellos, se anunciaba la destitución del jefe de la agencia de seguridad ucraniana (SBU) y los servicios secretos, Ivan Bakanov, y de la fiscal general Iryna Venediktova.
El estado ucraniano parece estar limpiando sus servicios de inteligencia y de justicia, donde se investigan cientos de casos de traición y colaboración con los servicios rusos.
Volodimir Zelenski indicó que se habían abierto 651 procesos penales por alta traición e inteligencia con el enemigo contra empleados de estas dos instituciones.
¿Más espías?
Este mismo fin de semana fue detenido un alto funcionario del departamento de Crimea del SBU, acusado de ser un espía del FSB ruso.
Además, el ejecutivo culpa al SBU de haber saboteado en febrero la defensa del sur de Ucrania y de que decenas de agentes hayan desertado, sobre todo en Jersón, para pasar al bando enemigo en territorio ocupado.
En el decreto de destitución de Bakanov, un amigo de juventud y socio de toda la vida de Zelenski, la presidencia denunció un “incumplimiento de los deberes y obligaciones del cargo, que causó la pérdida de vidas humanas”.
En este contexto de caza de topos rusos, Volodimir Zelenski se ve obligado a sacrificar a dos de sus aliados más cercanos, que acompañaron su ascenso político en 2019.