Moda pro-inmigrante: Así se pelea en las pasarelas contra el odio

En estos tiempos de tensión política, muchos diseñadores han alzado la voz por lo que creen que es justo.

Por muchos años, en la moda reinó la estupidez. No era para menos. Desde la Francia de posguerra, poniendo a posar a modelos en Dior frente a un París hambreado o los anuncios de Adriana Lima ante la miseria de Haití, se la tenía junto a sus figuras como un montón de payasos esnobistas que estaban alejados de la realidad.

Pero en estas épocas de Trump, con todo lo que conlleva, muchos diseñadores han alzado la voz. Las grandes figuras ya no están contentas con lo que está pasando. Y más que atacar a Melania Trump, otros han atacado todo lo que políticos como su marido representan. Por eso, un mes después de que este alcanzara el poder, la revista W mostró un video en el que varios diseñadores como Diane Von Furnsternberg, modelos como Doutzen Kroes y Winnie Harlow decían que eran inmigrantes, para pelear, por lo menos simbólicamente, contra la medida del nuevo presidente de restringir a los musulmanes para visitar Estados Unidos.

Otros han hecho lo mismo en pasarela. Creativos importantes como Jonathan Simkhai, Prada, Prabal Gurung y Public School se han pronunciado con prendas que son inclusivas. La última marca ha reinventado la gorra de Trump y en vez de “Make American Great Again”, cambió el lema por “Make America New York”, la ciudad multicultural por excelencia de Estados Unidos.

Incluso, pancartas como “inmigrantes, bienvenidos”, fueron vistas para abrir la pasarela de Robert James en la Semana de la Moda de Nueva York. En la era Trump, los creadores saben que los mensajes de la ropa son más poderosos que cualquier otra cosa y por eso, las consignas políticas son una manera de responder, si se habla de moda, a todo el viraje de extrema derecha de 2016 (Brexit incluido). Pero, ¿cuán alejada está la moda de su propia realidad al pedir diversidad?

Un negocio contradictorio

Es irónico que la moda proteste por diversidad, cuando todavía falta mucho  para que la tenga de verdad. Eso, a pesar de “incluir” a modelos como Halima Aden, keniana nacida en un campo de refugiados, entre otras. Porque la realidad es otra: según el último informe de The Fashion Spot, que analiza los desfiles de las grandes capitales de la moda, solo el 27,9% de las modelos que desfilaron no eran blancas. Solo Nueva York llegó a incluir modelos más “diversas” con un 31,5% de modelos contratadas.

Por eso, muchos se preguntan si lo de la inmigración es otra jugada de marketing. Quizás sí: la moda ha hecho antes números con momentos sociales y políticos y sabe dónde está su mercado. Y qué coincidencia, esos musulmanes a los que Trump y la misma Europa rechazan son los que más compran: según el último informe del estado de la economía islámica global, los consumidores musulmanes gastaron 230 billones de dólares en moda. Para 2019 serán 327. No por nada marcas como Nike y Dolce & Gabbana ya tienen sus propios hijabs.

Por ahora, la moda resurge en su modo más contestatario al defender la inclusión de la que tanto ha hecho gala en estos años. Pero solo el tiempo dirá si es otra jugada de mercado o si realmente, dentro y fuera de sí misma está logrando un cambio que en otros tiempos el arte era capaz de obtener.

Ricardo Seco, moda pro-inmigrante con power mexicano

¿Cómo es el caso de los mexicanos y latinoamericanos, los blancos directos de las políticas de Trump? Por lo menos, en la moda se han pronunciado con símbolos poderosos y contestatarios. Esto lo hizo el reconocido diseñador mexicano Ricardo Seco con su colección “Juntos/Together”, quien mostró su propuesta en la pasada Semana de la Moda de Nueva York . Metro habló con él con respecto a su propuesta de moda.

¿Fue en el instante del ascenso de Trump que decidiste condensar todos estos símbolos para dar un statement político con tu colección?

Yo empecé la colección un año antes y quería contar una historia donde el inmigrante somos todos y es el que está en constante transformación. Eso lo aterricé a mi sentir como inmigrante mexicano en Nueva York. No quería demostrar miedo ni darle poder. En ese momento también coincidió el auge de ese personaje (Trump) que para mí no representa el sentir de Estados Unidos y menos en Nueva York, una ciudad de inmigrantes. Ellos son los que la hacen grande, esa mezcla de culturas.

Investigué los símbolos que tenemos en común, como el águila. También las frases que para mí son importantes de cada país. En Estados Unidos es “Pluribus Unum”, que está en los dólares ( “De muchos, uno”), que hoy contradice ese señor. También la frase de Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”, etc.  Esta colección, no solo mostró mi orgullo por ser mexicano e inmigrante; también quería que los otros inmigrantes sintieran lo mismo, por eso también puse la frase “Proud Immigrant”.

¿Cómo llegaste a respaldar todo eso?

Porque no solo es ropa, sino la misión es instruir y mostrar mensajes con un respaldo de historia de los dos países. Los símbolos necesitaban un por qué. Pero, el hilo era no mostrar ninguna clase de miedo como mexicano y decir, por medio de la moda, lo que la gente no se atrevía. Desde hace 16 años he mostrado mi identidad y mi objetivo en la moda ha sido mostrar el México sin estereotipos, el México moderno y que está al nivel de cualquier lugar cosmopolita del mundo por su particular estilo de vida.     

¿Por qué crees que la ropa es una forma de comunicar este mensaje?

Porque la calle es el mejor medio para comunicarlo a la masa. Lo que sucede en la calle es el día a día y esto define nuestro estilo de vida. Uno donde todo es posible y ya nada se puede esconder. Creo que con el tiempo la moda ha dejado de ser algo que muchos consideran superficial y ahora tiene voz y voto.

¿Crees que se necesita que más creadores y personas de la industria sigan protestando por lo que pasa?

Siempre será bueno que la industria creativa muestre la verdad de lo que siente y percibe.

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