Según varios estudios, tomar una taza de café al día disminuye el riesgo de contraer diabetes, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, demencia y algunos tipos de cáncer, sin embargo, en los niños puede causar grandes consecuencias.
Nada de café antes de los 12 años
A pesar de la gran advertencia de los especialistas, los niños siguen tomando cafeína ofrecido por los mismos padres. Los pequeños de hoy día toman café, refrescos y bebidas deportivas.
En Boston se realizó un estudio en 2015 y determinó que el 14 por ciento de los padres permiten que sus hijos de 2 años tomen café y el 2,5 % de las madres daban café a sus hijos de 1 año.
La Academia Estadounidense de Pediatría no recomienda café, ni té, refrescos, bebidas deportivas y nada que contenga cafeína en niños menores de 12, pero entre 12 y 18 años de edad existe un límite: menos de 100 miligramos al día.
La cafeína queda prohibida en niños por sus consecuencias
Los expertos aclaran que no es solo café, sino todo lo que contenga cafeína. Una bebida deportiva contiene alrededor de 250 miligramos de cafeína y una taza de té hasta 47 miligramos, mientras que un refresco de dieta puede tener 46. El chocolate también contiene algo de cafeína.
Inclusive, hay chicles, mentas y barras con cafeína.
El tamaño corporal de un adulto no es igual al de un niño, pues una pequeña cantidad de cafeína para un adulto puede ser fatal para un pequeño.
¿Qué pasa en el cuerpo de un niño?
En un niño, tanta cafeína aumenta la frecuencia cardíaca “y la presión arterial, contribuir al reflujo ácido y causar ansiedad y trastornos del sueño en los niños. En dosis altas, la cafeína puede ser peligrosa”, explica CNN en su portal web.
“Los niños llegan a la sala de emergencias con latidos cardíacos irregulares o lo que llamamos taquicardia o latidos cardíacos rápidos”, dijo el pediatra doctor Mark Corkins. “Algunas personas piensan que es genial darles una gaseosa a los niños pequeños”.