Aunque muchas veces se trate de señalar todas las diferencias que existen entre un perfume y otro, ya que cada uno busca brindar su propia esencia, con notas exclusivas y el objetivo de dar un toque único a cada persona que los use, a veces también habrán elementos similares.
En este orden de ideas, venimos a hablarte de dos fragancias que ya tienen 30 años en la elite, siendo de los más vendidos en la historia y también en este año. Te hablaremos de una fragancia sofisticada como L’Eau d’Issey, de Issey Miyake, y Angel, de Thierry Mugler, ambas nacidas en 1992.
Angel, de Thierry Mugler
Este se trata de un producto muy especial, que incorpora algún elemento que traslada a quien lo use a aquellos recuerdos agradables de la infancia. Cuenta con una composición muy dura a la que añadió una cantidad enorme de olor a azúcar quemado (aroma raro pero reconfortante).
Este se destacó por ser uno de los perfumes más disonantes pero que fue furor en ventas. El secreto pasa porque se trata de un producto que no tenía notas similares en el mercado, por lo tanto era casi único, oliendo a chuches y a chocolate. Además fue la primera loción recargable.
L’Eau d’Issey, de Issey Miyake
Por este lado, tenemos una fragancia sofisticada y refrescante, gracias a un universo floral que además no es cítrico. El ingrediente clave fue el hedione, una molécula que se detectó en el jazmín, con un olor floral muy transparente y, al final, con cierta connotación a piel de limón.
Este producto marcó un antes y un después en la historia de la perfumería, haciendo a la gente pensar y analizar lo que sería un concepto floral-acuático, junto con otra molécula llamada calone. Es tanto así que sus creadores aseguran que esta fragancia fue la puerta para que otras siguieran su camino olfativo, tales como Femme, de Angel Schlesser o CK One, de Calvin Klein.