Muchos son los padres (me incluyo) los que pierden la paciencia rápidamente al ver como sus hijos pasan horas al frente de una televisión y consola de video porque, aunque es importante que los niños tengan momentos de distracción, por lo normal esta práctica se llega al exceso de tiempo en su desarrollo y esto puede implicar descuidos en las tareas escolares y en los quehaceres del hogar.
Sin embargo, ahora una nueva investigación realizada por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA) que depende de los Institutos Nacionales de Salud del mencionado país (NIH), reflejó aspectos bastantes positivos para cerebro de las personas que se desenvuelven en el mundo de la práctica de videojuegos desde temprana edad.
Beneficios cerebrales
El estudio forma parte de una investigación que data desde el 2018 llamado Desarrollo Cognitivo del Cerebro Adolescente (ABCD, por sus siglas en inglés), el cual tiene como función poder rastrear los diferentes comportamientos de miles de niños en Estados Unidos hasta que éstos lleguen a su edad adulta.
La base principal de la investigación fue la realización de un test cerebral basado en datos de más de 2.200 niños de nueve y diez años de edad, dividiéndolos entre los que juegan al menos 21 horas por semana y aquellos que no usan videojuegos. Los especialistas detallaron el comportamiento de los niños en diversas pruebas de atención, memoria y habilidades motoras.
Las conclusiones reflejaron que los pequeños jugadores desarrollan más memoria y mejor control de sus habilidades motoras a diferencia de los chicos que nunca usan videojuegos. Los test determinaron que los niños practicantes tienen diferencias en los patrones de actividad cerebral respecto a los no-jugadores, en particular en las regiones del cerebro involucradas con la atención y la memoria y también se detalló que no existió diferencias entre los dos grupos en las medidas de salud mental, refutando las preocupaciones respecto a la supuesta mala influencia de los videogames en el bienestar emocional.