El Omega 3 se puede presentar en tres tipos: ALA (ácido alfa-linolénico), DHA (ácido eicosapentaenoico) y EPA (ácido docosahexaenoico). Varios estudios concluyen que el consumo moderado y supervisado de dicha vitamina puede regalar grandes beneficios al corazón y circulación e incluso puede ser una gran arma para prevenir la presencia de cualquier tipo de cáncer.
Fabio Nachman, jefe del servicio de Gastroenterología de la Fundación Favaloro y expresidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología, indicó en la revista de salud pública IECS, que: “existe evidencia, aunque pequeña, de que suplementos con ácidos poliinsaturados como el Omega-3 pueden promover efectos favorables ante complicaciones relacionadas con el cáncer como el dolor, la depresión y la anorexia”.
Embarazo
La madre es la única fuente de ácidos grasos Omega-3 (ácido docosahexaenoico, DHA) para fetos y bebés alimentados exclusivamente con leche materna, se considera esencial una ingesta suficiente de estos ácidos durante el embarazo y la lactancia para suplir las necesidades del bebé.
Alimentos
El salmón es por excelencia el alimento más notable con la presencialidad del Omega 3. A éste lo acompañan en el escalón o ranking el atún blanco, sardinas y truchas. Aparte de los pescados, el complemento se puede encontrar en semillas de linaza molidas, aceite de linaza, nueces, semillas de chía, aceite de canola, aceite de soya, albahaca, aceite de nuez, brócoli y espinacas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), enumeró los beneficios de un consumo habitual de ácidos grasos polinsaturados como el DHA:
- Armoniza la presión arterial y los latidos cardíacos.
- Mejora en el nivel de triglicéridos.
- Preserva el interior de los vasos sanguíneos.
- Influye en el buen desarrollo del cerebro y la retina del bebé en gestación.
- Reduce el riesgo de Alzheimer.
- Mejora la concentración.
Los trastornos de sueño mostraron una diferencia cuando se incluía el pescado en la dieta diaria, ya que según un estudio su ingesta produce menos alteraciones a la hora de dormir y, en consecuencia, una mejor calidad del sueño.