Su historia surgió como una de tantas e las que se muestra a una persona necesitando ayuda. Fue así como se conoció a doña Lety, quien es oriunda de Tantoyuca, Veracruz (México).
La señora se encontraba sentada en el suelo, frente a una vivienda muy pobre donde vive. Con una escoba intentaba limpiar el frente de su casa pero sin levantarse, apenas arrastrándose porque, según contaba al comunicador Jaime Toral, sentía que se le habían dormido las piernas, citó Unioncdmx.
Leticia ha contado que a raíz de la muerte de su esposo hace casi dos años empezó a sentir un adormecimiento de sus piernas y por eso ya no camina. También dijo que tiene un hijo que consume drogas y que en ocasiones la ha agredido.
El video conmovió a miles y comenzaron a llegar ayudas y muestras de solidaridad con la mujer. Sin embargo, la empatía de los usuarios parece no haber caído bien a doña Lety, que a ratos se molestaba con las visitas de Toral y de otras personas que le enviaban donaciones.
Se enfada
La mujer mostraba un constante bloqueo para caminar, pero funcionalmente no se observaban problemas de salud que se lo impidieran. Los especialistas que la han revisado indican que el origen de su impedimento es emocional, citó El Sol de Córdoba.
Jaime Toral se involucró con la causa de doña Lety, y comenzó a colgar pequeñas entrevistas con ella en Tik Tok, lo que fue ganando la curiosidad de los usuarios. Algunos se mostraban escépticos por la actitud tan voluble de la señora, otros piensan que se trata de una estrategia eso de simular un problema para caminar.
A muchos no les ha gustado que insistan en grabar a la mujer que parece no estar a gusto con “la fama” e incluso se ha molestado al recibir ayudas.
Doña Lety decía que ella estaba “bien”, pero que el único impedimento que tenía era que no podía caminar para salir a caminar. Añadió que recibe ayuda de quien quiere hacerlo, “pero hasta ahí”.
Pero sigue en el “top”
Pese a los desplantes y extrañas explicaciones que ha dado, doña Lety sigue siendo un fenómeno viral. Hace poco Jaime Toral hasta le compró alimento para los perritos que la visitan y se molestó. Dijo que esos perros no eran de ella y que no quería que le dieran más.
Lejos de mostrar compasión por los lomitos, la señora aclaró que no eran de ella y que no estaba obligada a alimentarlos. De mala gana, terminó aceptando la bolsa de comida para perros pero insistió: “Les voy a dar, pero cuando se termine ya, porque no los quiero aquí porque no son míos”, decía molesta, pero con una sonrisa.
“La gente que no vive para servir, no sirve para vivir”. “Uno sabe cómo es realmente una persona por cómo es con los animales”. “Los perritos son más agradecidos mejor deberían de ayudarlos a ellos”. “Jaime, Jaime cómo la aguantas, compadre”, dejaron en los comentarios.
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