El tomate posiblemente sea una de las verduras más querida y utilizada en el mundo para distintas dietas, pero ahora se conoció que recientemente fue la base de un experimento que, según sus investigadores, reflejó resultados positivos para la lucha contra algunas enfermedades.
Especialistas y científicos del Centro John Innes, en Reino Unido, encontró una nueva manera de modificar la composición genética del tomate para convertirlo en una fuente rica en Vitamina D. El hallazgo fue confirmado mediante una publicación en la revista Nature Plants el pasado lunes 23 de mayo.
Metodología de la investigación
Para llegar a las conclusiones, los investigadores británicos usaron la tecnología de cambio de genes CRISPR-Cas9 para modificar el genoma de la planta de modo que el 7-DHC se acumule sustancialmente en el fruto del tomate. Cuando las hojas y los frutos fueron expuestos a la luz ultravioleta durante una hora, un tomate contenía los niveles equivalentes de vitamina D a los de dos huevos medianos o 28 gramos de atún.
Los tomates cuentan en sus hojas de un precursor clave de la vitamina, llamado provitamina D3, pero luego lo convierten en otros compuestos usando enzimas codificadas por dos genes. Para incapacitar dichos genes, los especialistas modificaron plantas de tomate mediante la tecnología de modificación de genes CRISPR-Cas9, logrando así que la planta acumulara provitamina D3.
Las plantas de tomate modificadas reflejaron una suba proporcionada en los niveles de D3, tanto en las hojas como en los frutos, tras la exposición a la luz UVB.
Vitamina D
Distintas investigaciones previas han demostrado que la vitamina D se logra a través de los rayos UVB del sol. Niveles bajos de esta vitamina están asociados a una gran cantidad de enfermedades como el cáncer y patologías cardiológicas, entre otras, además, regula nutrientes como el calcio, imprescindibles para mantener sanos los huesos, dientes y músculos.
“Es una gran noticia para las personas que adoptan una dieta rica en plantas, vegetariana o vegana, y para el creciente número de personas en todo el mundo que sufren el problema de la insuficiencia de vitamina D”, concluyó Jie Li, autor principal del estudio.