No importa la edad que tengamos. Todos en algún momento hemos sentido ira. Pero quienes no aprendan a dominar la ira se pasan la vida destrozando vínculos, hiriendo amigos, perdiendo ascensos en el trabajo y cosas peores.
Los expertos coinciden en que los arrebatos de ira son una manera de expresar los sentimientos, pero no sirven para nada.
Pero… ¿Qué es la ira?
Según la página de bienestar emocional del Gobierno de España, “la ira, el enojo o el enfado es una reacción emocional que se produce cuando una persona considera que existe o se va a producir un resultado negativo para sus intereses, que se podría haber evitado si alguien los hubiera tenido en cuenta y hubiera actuado de otra forma”.
Principales factores que contribuyen a despertar la ira en los niños
De acuerdo a lo expuesto en la Revista Reader’s Digest, hay tres principales factores.
- Carácter: la frecuencia con la que una persona se enoja y la magnitud del enfado dependen de su modo de ser.
- Fases del desarrollo: cuando un niño está por dar un gran paso en su desarrollo físico o social, suele tener mayor propensión a los arrebatos de ira.
- Vida familiar: un niño afligido por un divorcio, una enfermedad, una muerte, el nacimiento de un hermano, un cambio de casa u otro suceso importante, suele disfrazar con ira su confusión y dolor.
Técnicas para enseñar a los niños a manejar la ira
1. Mantén la calma. Los padres hemos de mostrar ejemplo ante una reacción de ira en el niño y evitar gritar, dar portazos o zarandear al niño.
2. Enséñale a reconocer la ira. Cuando el niño está en pleno ataque de ira es difícil negociar o hablar con él, pero cuando la rabieta ha pasado, es el momento de charlar sobre lo que ocurrió.
3. Enseña al niño a actuar sin ira, identificando qué causó su momento de ira, ayudarle a dar soluciones para próximas situaciones y explicarle qué ocurrirá si la respuesta es más tranquila.