Estilo de Vida

Los vergonzosos y poco saludables efectos de las dietas ricas en carnes rojas

El consumo de carnes también puede causar mal aliento, gases con mal olor y encías inflamadas

Las parrilladas a base de carnes posiblemente sean una de los mejores gustos gastronómicos a nivel mundial que data de décadas y siglos atrás. Por diversas actividades, bien sea familiares, recreacionales y hasta laborables, siempre es una buena oportunidad compartir un asado, obviamente si no se trata de personas vegetarianas o veganas.

Sin embargo, el exceso del consumo de dietas ricas en carnes puede alterar el sistema digestivo del cuerpo humano, lo que pudiera producir daños severos intestinales.

En las últimas semanas se conoció que un equipo de investigación de la Universidad de Minnesota, en los Estados Unidos, detectaron que las dietas ricas en alimentos de origen animal aceleran la producción de gases dañinos en el intestino.

Gases dañinos

Entre los gases dañinos detectados en la investigación norteamericana se determinó que uno de ellos es el sulfuro de hidrógeno, un gas producido por un tipo de bacterias del intestino llamadas bacterias reductoras de sulfatos, que en exceso puede generar colitis ulcerosa, trastornos digestivos, obesidad y hasta cáncer de colon.

Según el estudio, sucede todo lo contrario con que las personas que desarrollan una dieta basada en vegetales, ya que producen una menor cantidad de este gas que daña el microbiota intestinal.

Alimentos que provocan gases

Los lácteos, la carne roja, las legumbres, el trigo, la cebada, el centeno, las hortalizas aliáceas (ajo, cebolla, puerro), las crucíferas, los alimentos con sulfitos (frutas desecadas, vino, cerveza), huevo y las grasas de origen animal, son grandes causantes para la creación y formación de gases dañinos.

Contrario a los daños, la Universidad de Minnesota recomendó que el consumo diario de vegetales reduce la producción de gases tóxicos en el intestino gracias a su fibra, que acelera el tránsito intestinal y reduce el tiempo que el bolo fecal pasa en el intestino, lo que implica una menor posibilidad de que se creen gases tóxicos.

Sus principales síntomas son el mal aliento, encías inflamadas, gases con muy mal olor, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento. Otros pueden ser fatiga, confusión mental, problemas de memoria, erupciones cutáneas o picores.

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