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Tres clásicos del cine que hay que ver al menos una vez en la vida antes de morir

Han existido clásicos, nacidos en la Edad de Oro de Hollywood, que sirvieron para influir e inspirar muchas cintas modernas

El cine, aunque en los últimos años es más reconocido por ser una de las principales fuentes de entretenimiento, en realidad se trata de uno de los pilares de las artes modernas y no tan modernas.

A medida que el formato, la fórmula y el estilo cinematográfico han evolucionando y moldeando a numerosas generaciones, han existido clásicos, nacidos en la Edad de Oro de Hollywood, que sirvieron para influir e inspirar muchas cintas modernas y incluso a los mismos cineastas que son muy galardonados hoy en día. A continuación, te dejamos una selección de 3 películas clásicas que todos deben ver antes de morir.

Casablanca (1942)

Casablanca es un romance atemporal que se ha convertido en un elemento básico de la cultura pop. La película, ganadora de un Oscar, narra la siguiente historia: “Durante la II Guerra Mundial (1939-1945), Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gentes de todas partes: llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo. En esta ocasión, el objetivo es Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine, propietario del ‘Rick’s Café’ y antiguo amante de su mujer”.

Cantando bajo la lluvia (1952)

“El ídolo del cine Don Lockwood pensaba que lo tenía todo en la vida: fama, fortuna y éxito hasta que conoce a la aspirante a actriz Kathy Selden. La joven y la llegada del cine sonoro revolucionarán la vida de Don”, es la sinopsis de este clásico que es el epítome de un musical de cine y un título que todo el mundo debería ver en algún momento de su vida. Desde la vibrante escenografía y el vestuario hasta las emocionantes canciones, la cinta es una delicia que hará cantar al público mucho después de que terminen los créditos.

El mago de Oz (1939)

La icónica Judy Garland protagoniza El mago de Oz en el papel de Dorothy Gale, una niña que es arrastrada por un fuerte tornado y aterriza en el mágico mundo de Oz. Allí conoce a un trío de nuevos amigos que viajan para ver el gran y poderoso Oz mientras intentan eludir los esfuerzos de la malvada bruja del Oeste, que va tras un par de zapatillas mágicas de rubí que Dorothy ha adquirido accidentalmente. El Mago de Oz fue una película monumental en su época que combinó el estilo clásico del blanco y negro con el uso vívido del Technicolor y que introdujo al público en un mundo diferente a todo lo que habían visto antes.

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