Technology

Partes humanas que se desarrollan para robots

Recientemente científicos desarrollaron una ‘cara’ para dotar de rostro a los robots.

Los humanos están dándole sentidos parecidos a los que tienen las personas. Estos pueden ir desde piel, unos músculos hasta una cara completa, pasando por músculos y hasta alguno que te ayuda a cocinar. Metro te presenta a los mejores.

Cara

Los investigadores de la Universidad de Tokio, Japón, encontraron una forma de unir tejido cutáneo artificial a las complejas formas de los robots humanoides. Esto puede aportar ventajas a las plataformas robóticas, como mayor movilidad, capacidad de autocuración, sensores integrados y un aspecto cada vez más real. Inspirándose en los ligamentos de la piel humana, el equipo incluyó perforaciones especiales en la cara de un robot, que ayudaron a fijar una capa de piel.

Músculos

Ingenieros de la Universidad Northwestern, Estados Unidos, desarrollaron un nuevo dispositivo blando y flexible que hace que los robots se muevan expandiéndose y contrayéndose, igual que un músculo humano. Para demostrar su nuevo dispositivo, denominado actuador, los investigadores lo utilizaron para crear un robot blando cilíndrico con forma de gusano y un bíceps artificial. En los experimentos, el robot blando cilíndrico recorrió las curvas cerradas y cerradas de un entorno estrecho similar a una tubería, y el bíceps fue capaz de levantar un peso de 500 gramos 5.000 veces seguidas sin fallar.

Piel

Una piel electrónica elástica desarrollada por científicos de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, podría dotar por primera vez a robots y otros dispositivos de la misma suavidad y sensibilidad táctil que la piel humana, abriendo nuevas posibilidades para realizar tareas que requieren mucha precisión y control de la fuerza. La nueva piel electrónica estirable resuelve un importante cuello de botella de la tecnología emergente. La tecnología de piel electrónica existente pierde precisión de detección a medida que el material se estira, pero no es el caso de esta nueva versión.

Olfato

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv, Israel, lograron dotar a un robot del sentido del olfato utilizando un sensor biológico procedente de un insecto. El sensor envía señales eléctricas en respuesta a la presencia de un olor cercano, que el robot puede detectar e interpretar. Los investigadores lograron conectar el sensor biológico a un sistema electrónico y, mediante un algoritmo de aprendizaje automático, fueron capaces de identificar olores con un nivel de sensibilidad 10,000 veces superior al de un dispositivo electrónico de uso común.

Gusto

En 2022, en colaboración con el fabricante de electrodomésticos Beko, investigadores de la Universidad de Cambridge entrenaron a su robot cocinero para evaluar el punto de sal de un plato en distintas fases del proceso de masticación, imitando un proceso similar en los humanos. Sus resultados podrían ser útiles en el desarrollo de la preparación automatizada o semiautomatizada de alimentos, ya que ayudarían a los robots a aprender qué sabe bien y qué no, lo que les convertiría en mejores cocineros.

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