Hace algunos meses, la película “King Richard” abarrotó las salas de cines, cinta que relata la historia de cómo las hermanas Serena y Venus Williams se convirtieron en tenistas profesionales.
El hombre detrás de todo su éxito fue su padre, quien diseñó un plan desde que sus hijas eran niñas.
La intención de Richard era que sus retoñas se convirtieran en las mejores jugadoras de la historia, dadas las cualidades que mostraron a temprana edad.
La vida de Serena y Venus no fue color de rosa en sus primeros años, ya que batallaron con la incertidumbre que aqueja a varias familias de escasos recursos en Estados Unidos.
Su padre y madre trabajaban para mantenerlas, junto a sus otras tres hermanas. Sin embargo, Richard confió en que sus hijas llegarían lejos en el deporte blanco, por lo que dedicó muchas horas a entrenarlas.
El método de Williams se basó en la disciplina, al grado de que algunos vecinos lo acusaron de ser un mal papá.
Incluso, el servicio social visitó en más de una ocasión a la familia, pero la intención de Richard era que sus hijas no cayeran en malos pasos, puesto que vivían en un barrio en donde los vicios eran el pan de cada día.
Pero Serena y Venus estaban enfocadas en sus metas, siendo el tenis la disciplina que las ayudaría a salir adelante.
El manual que redactó el padre de las tenistas era de 78 páginas, en las que sentenciaba que sus retoñas serían las próximas Michael Jordan.
Los primeros pasos de las Williams se dieron en una pequeña cancha de Compton, California, en donde los métodos de sus padres funcionaron para desarrollar su talento nato.
Poco a poco las hermanas fueron avanzando en el deporte blanco, siendo Venus la primera en dar un paso importante, pues a los 17 años comenzó su carrera en las canchas. La mayor de las Williams suma siete títulos de Grand Slam.
Sin embargo, Serena ha tenido más éxito, al ser la jugadora con más campeonatos en el tenis, pues cuenta con 23 trofeos individuales y 14 en parejas, teniendo en total 37, un récord único.
Richard pronostico que la menor de sus descendientes sería la mejor jugadora de la historia, pese a que su carrera arrancó unos años más tarde que la de su hermana.