El Telescopio Espacial Hubble detectó la galaxia GN-z11 en 2016 y resultó ser identificada como la más antigua, ya que se formó 13.400 millones de años, apenas 400 millones de años después del Big Bang.
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Agujero negro GN-z11
Sin embargo, ya GN-z11 quedó en el pasado. Recientemente se descubrió una galaxia más antigua y compacta, así como luminosa.
Para ser tan brillante, “habría sido necesario un gran número de estrellas agrupadas en un volumen tan pequeño”, afirma Roberto Maiolino, astrofísico de la Universidad de Cambridge.
Lo que sucedió es que por su edad le fue difícil crear estrellas cuando aún el universo era muy joven.
Agujero negro más antiguo
En un artículo titulado “Un agujero negro pequeño y vigoroso en el Universo temprano”, publicado en Nature, Maiolino explicó que toda esa luminosidad venia de un agujero negro supermasivo de aproximadamente 1,6 millones de veces la masa de nuestro Sol.
“El agujero negro en sí no emite ninguna luz, pero todo el material que grita hacia él, propone Maiolino, bien puede ser lo suficientemente caliente y brillante como para producir el intenso resplandor de la galaxia”, explica NPR en su portal web.
Este agujero negro es el más antiguo que jamás había sido identificado, poniendo más en duda de dónde provienen, cómo crecen y cómo se alimentan estos.
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Maiolino estuvo 20 años ayudando a desarrollar el telescopio espacial James Webb, lanzado en 2021. El telescopio se diseñó para con un instrumento específico llamado espectrómetro de infrarrojo cercano.
Investigación que podría llevar meses
“El instrumento es responsable de dividir la luz de las galaxias y las estrellas en sus colores”, dice. “Así que es esencialmente el arco iris de la galaxia”.
“Este agujero negro esencialmente se está comiendo el [equivalente a] un Sol entero cada cinco años”, agrega Maiolino. “En realidad, es mucho más alto de lo que pensábamos que podría ser factible para estos agujeros negros”.
“Básicamente, no es posible que un agujero negro tan masivo crezca tan rápido y en una etapa tan temprana del universo”, añade Maiolino. “En esencia, según las teorías clásicas, no hay suficiente tiempo. Por eso hay que invocar escenarios alternativos”.