Paradójicamente, la popular película de ciencia ficción dirigida en 1984 por James Cameron, Terminator, y luego con la continuación de su exitosísima saga en los siguientes años, nos advirtió seriamente sobre las posibles consecuencias que puede afectar a la humanidad por la inteligencia artificial.
PUBLICIDAD
Sin ánimos de parecer exagerados, en la actualidad el rápido avance de dicha tecnología mantiene bastante preocupado a la humanidad científica, sobre todo porque ya existen diferentes prototipos de IAs que pueden fácilmente sustituir e incluso, desempeñarse mejor que los seres humanos en prácticas como generación de imágenes y contestación de todo tipo de preguntas redactadas en lenguaje natural, tal cuál como si existiera una persona de carne y hueso del otro lado de la pantalla.
3 riesgos por la I.A
- Datos del ChatGPT 3: Sin dudas, uno de los programas más utilizados en el momento. Pero es importante entender que la información que se obtiene está actualizada hasta 2021, situación que puede generar verdaderos problemas si se confía a ciegas. Un ejemplo puede ser que el ChatGPT 3 desconoce el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y si se consulta para vacacionar en dichos países, solo responde sobre las restricciones de viajes asociadas a la pandemia por el COVID-19.
- Conformarse con las respuestas: Una de las premisas que más preocupa es que casi nadie es capaz de cuestionar las respuestas y con esto, crece la posibilidad que una información errónea se convierta en la base principal de una idea personal. El peligroso cambiar un profesional por esta herramienta, ya que estos modelos están entrenados para ciertas situaciones, pero no para lidiar con situaciones complejas que requieran la capacidad de un cerebro humano y un profesional en la materia.
- No reconocer la autoría de la I.A: Otro riesgo que existe, y que será cada vez más frecuente, es el de no saber cuándo se está leyendo algo escrito por una IA y cuándo, por una persona. En un futuro muy cercano será normal ver textos o razonamientos sobre los que costará distinguir la fuente. Las IAs tienen la capacidad de generar respuestas que bien podrían ser de un humano, y cuyo verdadero origen puede ser indetectable.