Un equipo de cohetes de la NASA pronto comenzará su misión de estudiar remolinos gigantes similares a huracanes en la atmósfera superior para comprender los patrones climáticos que afectan a todo el planeta.
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Llamada Experimento Vorticidad (VortEx), la misión se lanzará desde el Centro Espacial Andøya en la ciudad de Andenes en el norte de Noruega. La ventana de lanzamiento será entre el 17 y el 26 de marzo, según el Centro Espacial Andøya.
El objetivo principal de la misión es aprender cómo los vientos a gran altura producen un fenómeno conocido como ondas de flotabilidad, dijo la NASA.
¿Qué son las ondas de flotabilidad?
Las ondas de flotabilidad son grandes pulsos de energía que provocan cambios donde la atmósfera de la Tierra se funde con el espacio.
Según la NASA, las ondas de flotabilidad se producen cuando una ráfaga o una perturbación empujan repentinamente el aire más denso hacia una región de menor presión, creando una oscilación a medida que la atmósfera trata de equilibrarse.
Estas oscilaciones conducen a ondas que se propagan o se alejan de la fuente de la perturbación, agregaron.
“Podrían provenir de frentes de tormenta que se acercan o de vientos que golpean las montañas y se envían hacia arriba”, dijo Gerald Lehmacher, profesor de física en la Universidad de Clemson en Carolina del Sur e investigador principal de la misión VortEx.
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A medida que las ondas de flotabilidad se expanden, también pueden moverse hacia arriba y atravesar capas estables de la atmósfera. Al hacerlo, pueden producir remolinos gigantes de aire.
Se cree que estos remolinos, o vórtices, se extienden decenas de kilómetros. Debido a su inmenso tamaño, los vórtices son demasiado grandes para medirlos y estudiarlos con enfoques convencionales, dijo la NASA.
Para superar esto, Lehmacher diseñó VortEx para medir los vórtices.
¿Cómo estudiarán los cohetes los vórtices?
Según la NASA, la misión VortEx utilizará cuatro cohetes que se lanzarán de dos en dos. Cada par consta de un volador alto y un volador bajo, lanzados con unos minutos de diferencia.
Los voladores medirán los vientos y alcanzarán su punto máximo a unas 224 millas (360 kilómetros), dijo la NASA. Los vuelos a baja altura, que alcanzan aproximadamente 87 millas (140 kilómetros) de altitud, medirán la densidad del aire, lo que afecta la forma en que se forman los vórtices.