Para nada fue un 2022 positivo para la mayoría de las empresas de telefonía inteligente, luego de registrarse en la última actualización de mercadeo de dicho rubro que sufrieron la peor caída de ventas registrada en los últimos diez años con un desplome del 11 por ciento. La información fue detallada gracias a un informe comandado por la consultora Canalys
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Caída histórica
La caída de ventas se registró más fuerte en el último trimestre del año desarrollado entre octubre y diciembre, característica llamativa ya que las estadísticas reflejan dicha época como una de las mejores por producirse actualización de equipos telefónicos por promociones navideñas.
Entre el 2021 y 2022, hubo una gran diferencia del 17 por ciento con respecto a las ventas y la caída fue tan estrepitosa en dicho trimestre, que también fue considerada la pero en tres meses en la última década.
Apple y Samsung, los únicos que se salvaron
Según el sitio web Engadget, Apple y Samsung son las únicas empresas que sobrevivieron y mantuvieron la estabilidad económica, eso sí, sin generar enormes cantidades de ganancias como en años anteriores. Respectivamente, el crecimiento fue del 19 y 22 por ciento y en el último trimestre, Apple superó a Samsung como el mayor vendedor de smarthpones a nivel global.
Esto se explica por el hecho de que la serie iPhone 14 era una novedad, frente a los Galaxy S22 que quedaron más atrás en el tiempo, con una presentación que se remonta a comienzos de año. La merma en los envíos de smartphones durante 2022 no se explica con una única variable, sino que es multicausal, por eso, existen dos aspectos que se destacan para explicar el desempeño:
· La crisis macroeconómica: Los gigantes tecnológicos no han escapado a la retracción que afecta a los mercados internacionales. En rigor, numerosas compañías del sector han recortado gastos y en ese marco iniciado procesos de despidos masivos.
· Problemas en la cadena de suministros: Estos inconvenientes comenzaron durante la pandemia de Covid-19, en especial en los meses de mayores restricciones a la circulación, y se repitieron tras el inicio de la guerra en Ucrania.
