Massimiliano Strappetti fue más que un enfermero para el papa Francisco. Su rol trascendió los límites de la medicina y se consolidó como una figura esencial en los últimos años del pontificado. Su acompañamiento constante, incluso en los momentos más delicados de salud del Pontífice, fue clave para que Francisco pudiera mantener su cercanía con los fieles hasta el final de su vida.
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El Vaticano confirmó que el papa murió el 21 de abril en la mañana tras sufrir un derrame cerebral y un paro cardíaco. Horas antes, en el Domingo de Pascua, protagonizó una sorpresiva aparición en la Plaza de San Pedro, gracias al apoyo y al cuidado de Strappetti. El recorrido en papamóvil frente a unos 35.000 fieles se convirtió en su último acto público.
Antes de ese momento, Francisco había atravesado un largo episodio de doble neumonía que lo mantuvo hospitalizado durante 38 días.
Contra el consejo de los médicos, el papa decidió salir a la plaza para reencontrarse con los fieles. Según fuentes vaticanas, fue Strappetti quien le dio el visto bueno luego de que el papa le preguntara “¿crees que puedo hacerlo?”. La respuesta afirmativa fue suficiente para que el Pontífice se animara a esa última salida.
Un vínculo construido en la adversidad
La relación entre Francisco y Strappetti se consolidó a partir de 2021, cuando el papa fue sometido a una operación de colon.
Según relató el propio pontífice, fue su asistente médico quien lo convenció de realizarse la cirugía. Desde entonces, Strappetti fue nombrado oficialmente como su “asistente sanitario personal”, un título inédito en la historia del Vaticano.
Strappetti se mantuvo al lado del pontífice en todo momento, acompañándolo en sus desplazamientos, supervisando su estado físico y emocional, y actuando como un nexo constante entre las necesidades médicas y las responsabilidades pastorales de Francisco. Diversos medios lo describen como un confidente, más allá de su función médica, con un conocimiento profundo del carácter y las prioridades del papa.
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En sus últimas apariciones públicas, Francisco siempre estuvo acompañado por él.
Una despedida silenciosa y cercana
El último día de Francisco transcurrió con normalidad. De acuerdo con la información difundida por el portal Vatican News, compartió una cena tranquila y descansó durante la noche. A las 5:30 am del lunes comenzaron los síntomas de una enfermedad repentina, y una hora después cayó en coma. Fue en ese momento que, según testigos, el papa se despidió de Strappetti con un gesto de la mano.
La prensa vaticana aseguró que el Pontífice no sufrió y que su muerte fue rápida. La última frase pública del papa fue precisamente dirigida a su enfermero: “Gracias por llevarme a la plaza”.