Elon Musk anunció este martes que comenzará a enfocar más tiempo en Tesla, luego de que la empresa registrara una fuerte baja en sus ganancias trimestrales.
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Durante una llamada con analistas, el empresario afirmó que ahora que ha concluido lo que llamó “el trabajo principal de establecer el Departamento de Eficiencia Gubernamental”, pasará a dedicar “mucho más de mi tiempo a Tesla” a partir de mayo. Musk detalló que planea destinar solo “uno o dos días por semana a asuntos gubernamentales”.
Pero más que mayor dedicación a Tesla, el verdadero alivio para la empresa de autos eléctricos parece ser la salida de Elon Musk del gobierno de Donald Trump.
El alto perfil del sudafricano en los primeros 100 días de la administración de Trump, su intervención en el gobierno federal y una serie de acusaciones falsas, generaron masivas protestas contra Tesla y un llamado a boicotear la compra sus autos.
¿Cuáles son los problemas de Tesla?
Tesla, con sede en Austin, Texas, atraviesa un periodo complicado en el mercado. La compañía reportó una caída del 71% en sus ganancias trimestrales, además de una reducción del 9% en los ingresos respecto al mismo periodo del año anterior.
En el informe financiero publicado el martes, Tesla indicó que sus ganancias trimestrales cayeron de 1.390 millones a 409 millones de dólares, equivalentes a 12 centavos por acción. Estas cifras están por debajo de las proyecciones de los analistas. Los ingresos se redujeron de 21.300 millones a 19.300 millones de dólares en el primer trimestre, mientras que el margen bruto bajó del 17,4% al 16,3%.
Tesla también enfrenta el impacto de la guerra comercial desatada por Donald Trump. Aunque produce la mayoría de sus vehículos a nivel nacional, aún depende de ciertos materiales importados que ahora estarán sujetos a nuevos aranceles. Esta situación también afecta a su unidad de almacenamiento de energía.
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Por otra parte, China ha comenzado a aplicar represalias comerciales. Tesla se vio forzada a suspender los pedidos de los modelos Model S y Model X en ese país a inicios de mes. La producción de los modelos Y y 3 para el mercado chino continúa realizándose en la planta que posee la empresa en Shanghái.
A los problemas internos y arancelarios de Tesla, se suma una creciente competencia. El fabricante chino BYD presentó este año una batería capaz de cargarse en pocos minutos, lo que representa una amenaza directa a Tesla. En Europa, nuevos modelos de marcas locales con tecnologías avanzadas han comenzado a ganar terreno, justo cuando la imagen pública de Musk se ve afectada por sus declaraciones políticas a favor de políticos y partidos de ultraderecha que han generado rechazo entre posibles compradores del continente.
Los nuevos desafíos de Tesla
En medio de este panorama, Tesla reiteró sus planes de lanzar una versión más económica del SUV Model Y durante la primera mitad de 2025. Además, la compañía mantiene su objetivo de implementar un servicio de robotaxi autónomo en Austin para junio, con la meta de tener gran parte de su flota funcionando de manera autónoma en 2026.
Musk afirmó que “habrá millones de Teslas operando de forma autónoma en la segunda mitad del año”, y agregó que espera que los vehículos permitan dormir durante el trayecto y despertar en el destino. Según el empresario, esta característica estaría disponible en varias ciudades de Estados Unidos antes de finalizar el año.
Sin embargo, estos avances se enfrentan al escrutinio regulatorio. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) continúa investigando si el sistema de asistencia al conductor de Tesla, conocido como Autopilot, es capaz de alertar de forma eficaz a los conductores cuando pierden la concentración.
Asimismo, su tecnología Full Self-Driving, que no proporciona una conducción totalmente autónoma a pesar de su nombre, ha sido cuestionada tras incidentes en condiciones de baja visibilidad.