Luego de que mundialmente se conociera la noticia sobre la muerte del papa Francisco, el líder de la iglesia católica, el presidente Donald Trump emitió un breve mensaje de condolencias a través de redes sociales.
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“¡Descansa en paz, Papa Francisco! ¡Que Dios lo bendiga a él y a todos los que lo amaron!”, escribió el presidente de Estados Unidos en su red Truth Social.
Luego anunció una orden ejecutiva para que las banderas de Estados Unidos ondeen a media asta en reconocimiento al fallecimiento del pontífice “en la Casa Blanca y en todos los edificios y terrenos públicos, en todos los puestos militares y estaciones navales, y en todos los buques de guerra del Gobierno Federal en el Distrito de Columbia y en todo Estados Unidos, sus territorios y posesiones, hasta el atardecer del día del entierro”.
De todas maneras Trump participó la mañana del lunes en la Casa Blanca en la festiva ceremonia por los huevos de pascua y pintó dibujos junto a decenas de niños. De hecho, cuando habló brevemente del papa en uno de los balcones, lo hizo al lado de una persona disfrazada de conejo.
La inmigración marcó diferencias entre el papa Francisco y Donald Trump
La relación entre el papa de la iglesia Católica y el presidente republicano de Estados Unidos estuvo marcada por grandes diferencias y tensión debido al tratamiento de los inmigrantes.
“Una persona que sólo piensa en construir muros, dondequiera que estén, y no en construir puentes, no es cristiano”, dijo Francisco en 2016 ante la promesa de Donald Trump durante su primera campaña presidencial, de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México.
Trump no se guardó nada y respondió asegurando que “si el Vaticano fuera atacado por ISIS, que como todos saben es su mayor trofeo, puedo prometerles que el Papa solo habría deseado y rezado para que Donald Trump fuera presidente, porque esto no habría sucedido”.
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Pese a esas diferencias, un año después y ya con Trump en la Casa Blanca, se reunieron durante una visita del presidente de Estados Unidos al Vaticano. Se hizo viral una foto de Trump sonriendo y el papa Francisco con un gesto sombrío.
Hace pocos meses, antes de ser hospitalizado por una neumonía, Francisco realizó una dura crítica a los planes del gobierno de Trump de realizar deportaciones masivas de inmigrantes.
En una carta a los obispos de Estados Unidos, el papa reconoció que las naciones tienen el derecho de protegerse de los criminales, pero aseguró que “el acto de deportar a personas que en muchos casos han abandonado su tierra por razones de extrema pobreza, inseguridad, explotación, persecución o grave deterioro ambiental, daña la dignidad de muchos hombres y mujeres, y de familias enteras, y los coloca en un estado de particular vulnerabilidad e indefensión”.
Citando el Libro del Éxodo y la propia experiencia de Jesús, Francisco reafirmó el derecho de las personas a buscar refugio y seguridad en otras tierras, y describió el plan de deportaciones como una “gran crisis” en desarrollo en Estados Unidos.
En el texto parecía apuntar directamente al vicepresidente JD Vance, quien había defendido el programa de deportación basándose en argumentos teológicos.
Tom Homan, el “zar fronterizo” del gobierno de Trump, respondió de inmediato, señalando que el Vaticano es una ciudad-estado rodeada de muros.
Según información del New York Post, se espera que el presidente de Estados Unidos asista al funeral del papa, que debería realizarse a fines de esta semana.
Los sentidos homenajes de los ex presidentes
A diferencia de Donald Trump, Barack Obama y Joe Biden, ambos demócratas, escribieron sentidos mensajes luego de la muerte de Francisco.
“Con su humildad y sus gestos, a la vez simples y profundos —abrazar a los enfermos, ministrar a los sin techo, lavar los pies de jóvenes prisioneros—, nos sacudió de nuestra complacencia y nos recordó que todos estamos unidos por obligaciones morales con Dios y entre nosotros”, dijeron Barack y Michelle Obama en un comunicado.
A su vez, en rede sociales Joe Biden escribió que “soy mejor persona por haberlo conocido” y describió a Francisco como “el Papa del Pueblo”.
Antes de dejar el cargo, Biden tenía en agenda realizar una visita a Francisco, pero el viaje fue cancelado debido a los devastadores incendios forestales en el área metropolitana de Los Ángeles el pasado enero. En su lugar, le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad durante una llamada telefónica.