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Trump y la Casa Blanca aumentan la incertidumbre: exenciones de aranceles a productos electrónicos serán “temporales”

“Están exentos de los aranceles recíprocos, pero están incluidos en los aranceles de semiconductores”, dijo el secretario de Comercio Howard Lutnick.

Howard Lutnick
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, habla con la prensa frente al Ala Oeste de la Casa Blanca, el miércoles 9 de abril de 2025, en Washington. (Jacquelyn Martin/AP)

Las exenciones arancelarias anunciadas a productos electrónicos como celulares y laptops son solo un alivio temporal hasta que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump desarrolle un nuevo enfoque arancelario específico para la industria de semiconductores, anunció el domingo el secretario de Comercio Howard Lutnick.

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Funcionarios de la Casa Blanca, incluido el propio Trump, minimizaron el domingo la importancia de las exenciones que reducen, pero no eliminan, el efecto de los aranceles de Estados Unidos a las importaciones de dispositivos de consumo populares y sus componentes clave.

¿Qué dijeron en la Casa Blance sobre las exenciones a la importación de aparatos electrónicos?

“Están exentos de los aranceles recíprocos, pero están incluidos en los aranceles de semiconductores, que probablemente llegarán en uno o dos meses”, comentó Lutnick en el programa “This Week” de ABC.

Trump incrementó la confusión horas después, al declarar en su red social que no había “excepción” en absoluto porque los bienes “simplemente se están moviendo a un balde diferente” y de todas formas enfrentarán un arancel del 20%, el cual forma parte del movimiento de su gobierno para castigar a China por su papel en el tráfico de fentanilo.

¿Cuál fue el anuncio original del gobierno de Trump?

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza indicó que artículos como teléfonos, laptops, discos duros, monitores de pantalla plana y algunos chips tendrían derecho a la exención. Las máquinas utilizadas para fabricar semiconductores también están excluidas. Eso significa que no estarán sujetas a la mayoría de los aranceles impuestos a China ni a los aranceles base del 10% en otros lugares.

En un comunicado el domingo, el ministerio de Comercio de China indicó que recibe con beneplácito el cambio, considerándolo un pequeño paso, pero de todas formas le pidió a Washington que cancele completamente el resto de sus aranceles.

Se preveía que la exención de los productos electrónicos beneficiara a grandes empresas tecnológicas como Apple y Samsung, y a fabricantes de circuitos integrados como Nvidia, aunque la incertidumbre de futuros aranceles podría frenar un repunte anticipado de las acciones tecnológicas el lunes.

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Fue el cambio arancelario más reciente del gobierno de Trump, que varias veces ha modificado su dirección radicalmente sobre los impuestos a las importaciones de sus socios comerciales. A medida que avanzaba el fin de semana, los funcionarios de la Casa Blanca buscaron descartar cualquier insinuación de que serán cancelados.

“Realmente no es una excepción. Esa ni siquiera es la palabra correcta para ello”, declaró el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, en el programa “Face the Nation” de CBS. “Este tipo de cadena de suministro se movió del régimen arancelario para el arancel global, el arancel recíproco, y se movió al régimen arancelario de seguridad nacional”.

Greer añadió que “el presidente decidió que no vamos a tener exenciones. No podemos tener una solución de queso suizo para este problema universal que enfrentamos”.

En su publicación del domingo en su red social TruthSocial, Trump prometió que la Casa Blanca estaba “examinando los semiconductores y toda la cadena de suministro electrónica”.

Algunos habían asumido que la exención presentada el viernes por la noche reflejaba que el presidente se había percatado de que es improbable que sus aranceles a Beijing hagan que una proporción mayor de la fabricación de celulares, computadoras y otros dispositivos pase a Estados Unidos en el corto plazo, si es que eso llega a suceder.

El gobierno ha pronosticado que la guerra comercial impulsaría a Apple a fabricar iPhones en Estados Unidos por primera vez, pero eso es un escenario poco probable después de que Apple pasara décadas construyendo una cadena de suministro finamente calibrada en China.

Tomaría varios años y costaría miles de millones de dólares construir nuevas plantas en Estados Unidos, lo que para Apple representaría llevar encima fuerzas económicas que podrían triplicar el precio de un iPhone y torpedear las ventas de su producto estrella.

Una exención a los productos electrónicos cumpliría con el tipo de trato amistoso que el sector de la tecnología imaginaba que recibiría de parte del gobierno cuando el director general de Apple, Tim Cook; el de Tesla, Elon Musk; el de Google, Sundar Pichai; el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y el fundador de Amazon, Jeff Bezos, se reunieron detrás del presidente durante su investidura el 20 de enero.

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