BANGKOK (AP) — El número de muertos por el potente sismo de la semana pasada en Myanmar ha superado los 2.000, informaron medios estatales el lunes, y empiezan a surgir relatos de los últimos momentos de algunas personas.
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Entre esas historias, están la de los 200 monjes budistas aplastados por el colapso de un monasterio; 50 niños muertos cuando un aula de preescolar se derrumbó, y los 700 musulmanes aplastados al momento en que rezaban en las mezquitas durante el Ramadán.
El terremoto podría exacerbar el hambre y los brotes de enfermedades en un país que ya era uno de los lugares más desafiantes del mundo para que operaran las organizaciones de ayuda debido a la guerra civil, advirtieron grupos de ayuda y Naciones Unidas.
El sismo de magnitud 7,7 del viernes tuvo su epicentro cerca de la segunda ciudad más grande del país, Mandalay, dañó el aeropuerto de la ciudad, derribó carreteras y colapsó cientos de edificios a lo largo de una amplia franja en el centro del país.
¿Cómo se han desarrollado las labores de rescate en Myanmar?
Las tareas de socorro se han visto obstaculizadas aún más por cortes de energía, escasez de combustible y comunicaciones irregulares. La falta de maquinaria pesada ha ralentizado las operaciones de búsqueda y rescate, obligando a muchos a buscar sobrevivientes a mano bajo un calor implacable, con temperaturas diarias por encima de los 40 grados Celsius (104 Fahrenheit).
Los rescatistas en el monasterio U Hla Thein colapsado de Mandalay dijeron que siguen buscando a unos 150 de los monjes muertos.
Alrededor de 700 musulmanes que asistían a las oraciones del viernes murieron cuando las mezquitas se derrumbaron, dijo Tun Kyi, miembro del comité directivo de la Red Musulmana de la Revolución de Primavera de Myanmar. Agregó que aproximadamente 60 mezquitas quedaron dañadas o destruidas.
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La televisión estatal MRTV de Myanmar reportó que el líder del gobierno militar, el general superior Min Aung Hlaing, dijo al primer ministro de Pakistán durante una llamada que 2.065 personas habían muerto, con más de 3.900 heridos y alrededor de 270 desaparecidos.
Las agencias de ayuda esperan que esos números aumenten drásticamente, ya que el acceso es lento a áreas remotas donde las comunicaciones están caídas.
La representación de Naciones Unidas en Myanmar pidió acceso sin restricciones para los equipos de ayuda.
“Antes de este sismo, casi 20 millones de personas en Myanmar necesitaban asistencia humanitaria”, subrayó Marcoluigi Corsi, el coordinador residente y humanitario de la ONU para Myanmar.
Se desconoce magnitud de la devastación
“En realidad, en este momento no tenemos clara la magnitud de la destrucción”, dijo Lauren Ellery, subdirectora de programas en Myanmar para el Comité Internacional de Rescate (CIR), a The Associated Press. “Hablan sobre una ciudad cerca de Mandalay donde se reportó que el 80% de los edificios se habían derrumbado, pero no estaba en las noticias porque las telecomunicaciones han sido lentas”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseveró que tiene reportes sobre tres hospitales destruidos y 22 parcialmente dañados en la región.
Más de 10.000 edificios están colapsados o severamente dañados en el centro y noroeste de Myanmar, de acuerdo con la agencia humanitaria de la ONU. Un edificio de aula de preescolar colapsó en el distrito de Mandalay, matando a 50 niños y dos maestros, añadió.
Un análisis con inteligencia artificial sobre imágenes satelitales de Mandalay realizado por el laboratorio AI for Good Lab, de Microsoft, contabilizó 515 edificios con daños entre el 80% y el 100% y otros 1.524 con entre 20% y 80% de daños.
La guerra civil había desplazado a millones de personas
Más allá de los daños del terremoto, los esfuerzos de rescate se ven complicados por la sangrienta guerra civil que sacude gran parte del país. En 2021, el Ejército arrebató el poder al gobierno electo de Aung San Suu Kyi, lo que ha provocado una resistencia armada significativa.
Si bien un grupo en la guerra civil declaró un alto el fuego unilateral parcial, el gobierno y otros grupos armados no han detenido los combates.
Las fuerzas gubernamentales han perdido el control de gran parte de Myanmar, y muchos lugares son peligrosos o inaccesibles para los grupos de ayuda. Más de 3 millones de personas han sido desplazadas por los combates, según Naciones Unidas.