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Casa Blanca se aferra a un libreto en medio del escándalo: dice que no se compartió información secreta en Signal

Hasta Donald Trump duda si la información compartida era confidencial: “No lo sé. No estoy seguro, hay que preguntarles a las distintas personas implicadas”.

Signalgate
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, habla durante una sesión informativa en la Casa Blanca, el miércoles 26 de marzo de 2025, en Washington. (Mark Schiefelbein/AP)

WASHINGTON (AP) — Pese a la evidencia revelada por The Atlantic, en cuanto a los detalles de los planes de ataque contra los hutíes en Yemen en un chat grupal de Signal, el gobierno de Donald Trump ha decido aferrarse al feble guion de que dicha información “no era secreta”.

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Dicha información ha sido calificada de por los demócratas de inverosímil.

La decisión para determinar si la información es secreta recae en el secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien justamente en el chat fue el que enumeró sistemas de armas y un cronograma para el ataque. “Este es el momento en que las primeras bombas definitivamente caerán”, escribió. Los hutíes han causado estragos en las cruciales rutas de navegación del mar Rojo desde noviembre de 2023 mientras Israel y Hamás se enfrentaban.

Alto funcionarios intentan apegarse al relato y atacan al periodista

Además de insistir en que no se habló sobre material secreto en el chat de Signal del 13 al 15 de marzo, altos funcionarios de la Casa Blanca han optado por lanzar ataques mordaces contra Jeffrey Goldberg, el editor en jefe de The Atlantic incluido en el chat y que publicó el contenido completó de la conversación.

Hegseth, el funcionario más afectado por este escándalo ya que publicó detalles específicos del ataque, como el horario y los objetivos, dijo en una publicación de la red social X que estas fueron las características de la cadena de mensajes: “Sin nombres. Sin blancos. Sin ubicaciones. Sin unidades. Sin rutas. Sin fuentes. Sin métodos. Y sin información secreta”. No abordó directamente las preocupaciones de los demócratas sobre los detalles de tiempo y armamento incluidos en el chat.

Además agregó que “esto sólo prueba una cosa: Jeff Goldberg nunca ha visto un plan de guerra ni un ‘plan de ataque’ (como él lo llama ahora). Ni de cerca”.

Michael Waltz, el asesor de Seguridad Nacional que incluyó al editor en jefe de The Atlantic en el grupo de mensajería, también en la red social de Elon Musk dijo que “los socios extranjeros ya habían sido notificados de que los ataques eran inminentes. Conclusión: El presidente Trump está protegiendo a Estados Unidos y nuestros intereses”.

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El secretario de Estado Marco Rubio reconoció que tener a un periodista en un chat grupal de Signal con los funcionarios más importantes de Trump fue un “gran error”. Pero indicó que le han asegurado que la información compartida no amenazó la operación ni las vidas de los militares.

Durante su rueda de prensa en la Casa Blanca, la secretaria de prensa Karoline Leavitt indicó que el chat era “una discusión sobre política, seguramente una discusión sobre política delicada, entre altos funcionarios del gabinete y personal superior”.

Acribillada con preguntas sobre cómo el gobierno puede llegar a la conclusión de que no se compartió información secreta, considerando que en el chat se habló de tiempos de lanzamiento y sistemas de armas, Leavitt dijo que al público le toca decidir en quién confía. “¿Confían en el secretario de Defensa, quien fue nominado para este papel, quien ha servido en combate, ha servido honorablemente a nuestra nación en uniforme, o confían en Jeffrey Goldberg?”, preguntó.

Declaraciones de Trump no son coherentes con la de sus funcionarios

Si bien el presidente de Estados Unidos optó por respaldar a Michael Waltz, sus recientes declaraciones no han ido directamente en la misma línea que el resto de los funcionarios que han intentado quitarle a gravedad a la insólita filtraciones de planes de guerra.

Karoline Leavitt afirmó que Signal era una “aplicación aprobada” utilizada por varias agencias de seguridad nacional, “porque es la forma más segura y eficiente de comunicarse”.

Sin embargo, Trump ha especificado claramente su preferencia en estos días de que su equipo hable sobre tales operaciones en persona y en entornos más seguros. “Para ser sincero, creo que Signal podría tener fallos”, dijo Trump el miércoles en la Casa Blanca.

A su vez, sobre si la información revelada por Hegsteh no era clasificada, Trump reaccionó particularmente muy evasivo: “Eso es lo que he oído. No lo sé. No estoy seguro, hay que preguntarles a las distintas personas implicadas”.

Aumentan los ataques de los demócratas

El senador Mark Warner, el principal demócrata de la Comisión de Inteligencia del Senado, dijo que la posición que el gobierno de Trump está adoptando se puede describir con una palabra: “Disparates”.

“Cuando describes tiempo, lugar, tipo de armamento utilizado: ¿Creen que el público estadounidense es estúpido?”, expresó Warner en declaraciones a periodistas.

El senador Roger Wicker, el republicano que preside la Comisión de Servicios Armados del Senado, indicó que él y el senador Jack Reed, el principal demócrata de la comisión, enviarán una carta al gobierno de Trump para solicitar una investigación acelerada por parte del inspector general sobre el uso de Signal.

Además están pidiendo una sesión informativa secreta con un alto funcionario gubernamental “que realmente tenga los hechos y pueda hablar en nombre del gobierno”.

“La información, tal como se publicó recientemente, me parece de una naturaleza tan delicada que, con base en mis conocimientos, yo habría querido que fuera secreta”, declaró Wicker.

Varios demócratas de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes pidieron el miércoles que Peye Hegseth renuncie.

“Esta es información secreta. Es un sistema de armas, así como una secuencia de ataques, y también detalles de las operaciones”, declaró el representante demócrata Raja Krishnamoorthi, miembro de la comisión. “Necesita renunciar de inmediato”.

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