La princesa Beatriz de York, prima de los príncipes William y Harry, habló por primera vez sobre las complicaciones que sufrió durante el parto de su segunda hija, a quien tuvo a finales de enero de 2025.
PUBLICIDAD
Pocos después del alumbramiento, la princesa y su esposo anunciaron con alegría el nacimiento de su niña Athenea, pero pocos sabían lo difícil de su nacimiento. No fue sino ahora en la revista Vogue, cuando la nieta de la fallecida reina Isabel II contó con un escrito su experiencia al tener a su segunda bebé, quien nació de forma prematura.
“Nada te prepara para el momento en que te das cuenta de que tu bebé va a llegar antes de tiempo. Hay tan poco control. ¿Habrá complicaciones? ¿Llegará sano? ¿Cómo compaginarás el resto de la vida familiar mientras intentas mantener a un pequeño ser humano sano y salvo?”, expresó la princesa Beatriz, quien siempre se ha caracterizado por ser muy discreta en cuanto a su vida privada.
Relató que “Athenea llegó sana unas semanas antes de la fecha prevista. Era tan pequeñita que tardé varias semanas en secarme las lágrimas de alivio y en sentir que la vida con nuestra bebé sana era real. Sus pies eran diminutos, casi del mismo tamaño que las patas de uno de los conejitos de peluche de mi hija mayor. Me alegra enormemente poder informarles que ella se encuentra muy bien”.
Prosiguió: “Tengo algunas respuestas más sobre lo sucedido, pero aún no tengo una explicación precisa. Al recordar esos meses de profunda preocupación, me llena de determinación que se puede hacer más para ayudar a otras personas a encontrar respuestas a las cuestiones sobre las complicaciones que pueden provocar un parto prematuro; dudas que marcaron mis días (y mis noches) durante el embarazo”.
La princesa Beatriz, “optimista”
Según el testimonio de la princesa Beatriz en Vogue, no podía dormir semanas antes del nacimiento de su bebé, pues temía que algo saliera mal durante el parto. Compartió que “estuve mucho tiempo despierta, intentando controlar cada movimiento del bebé en mi panza”.
Destacó que su vivencia la hizo sentirse identificada con “millones de mujeres en el mundo”, y que aunque siempre se ha descrito como una mujer “optimista”, sintió que eso no era suficiente. Ahora, tras la difícil, pero al mismo tiempo aliviada experiencia porque su niña está bien, siente que se ha “convertido en una madre primeriza apasionada que quiere trabajar para encontrar respuestas para las mujeres de todo el mundo”.
