El papa Francisco está recluido desde el pasado 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma, y aunque inicialmente su diagnóstico fue bronquitis, luego le detectaron una neumonía bilateral y una leve insuficiencia bilateral. A la fecha, sigue delicado, pero estable. Sin embargo, ha firmado decretos y ha hecho nombramientos, lo que indica que ha seguido trabajando a pesar de su condición.
Según la Ley del Vaticano, el papa no tiene sustituto en caso de enfermarse, ni siquiera, si queda inconsciente. Únicamente, es reemplazado si renuncia o si fallece. Por eso, durante su hospitalización, Francisco ha hecho varias labores como firmar la canonización de José Gregorio Hernández como el primer santo de Venezuela, la agencia Efe indicó que aprobó las “virtudes heroicas” del español Miguel Maura y Montaner, con lo que se avanza en su canonización, nombró a cinco nuevos obispos en Brasil y Canadá, nombró a dos sacerdotes como secretarios generales de la Gobernación del Vaticano, y envió dos mensajes para los rezos del Ángelus del domingo.
El papa Francisco solo puede delegar algunas labores diarias
La agencia AP explicó que aunque al Papa Francisco, de 88 años, no lo puede reemplazar nadie, él puede delegar a autoridades del Vaticano en ciertas labores. No obstante, todo lo requiera nombramientos, aprobaciones de leyes, deben ser firmadas o autorizadas por él.
La citada agencia indicó que uno de los puede ser autorizado por el papa para algunas tareas es el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y el venezolano Edgar Peña, nuncio apostólico. El Vaticano notificó el pasado martes que ambos lo visitaron el lunes en el hospital. Según Efe fue la primera visita que recibieron de delegados del Vaticano.
AP informó este jueves que afortunadamente, el papa ha respondido bien al tratamiento y que la neumonía bilateral ha disminuido. Refirieron que pasó una noche tranquila y que aunque está débil, sigue al mando.
Únicas vías para reemplazar al Papa
El papa Francisco solo podría ser reemplazado si renuncia o si muere. En cuanto a la primera opción, esta no necesita ser aceptada por nadie, solo queda a libre criterio de él. En caso de fallecimiento, este debe ser confirmado por el Jefe del Departamento de Salud del Vaticano.
Si el Pontífice fallece, sería sustituido por el cardenal camarlengo de la Santa Iglesia Romana, el estadounidense Kevin Joseph Farrell, quien será el administrador del Vaticano hasta que elijan al nuevo papa.