El mundo entero sigue con mucha atención a la evolución del papa Francisco. De acuerdo con el Vaticano, el sumo pontífice logró dormir bien y descansar durante la noche del domingo, aunque todavía tiene insuficiencia renal.
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La Oficina de Prensa de la Santa Sede agregó que la mañana de este 24 de febrero, tras despertar, el Papa continuó su tratamiento y se le nota con buen ánimo.
¿Qué se sabe sobre la salud del papa Francisco?
El Vaticano también reportó que afortunadamente Francisco no ha vuelto a presentar crisis respiratorias como la del día sábado, misma que obligó a los médicos a suministrarle oxígeno de alto flujo y transfusiones de sangre.
Sobre la insuficiencia renal leve que padece, se conoció que está bajo control y que continúa con oxígeno a través de cánulas nasales.
El comunicado de la Santa Sede dijo que el Papa “continúa vigilante y bien orientado”, aunque su estado de salud sigue siendo crítico: “La complejidad del cuadro clínico, y la espera necesaria para que las terapias farmacológicas den algún resultado, hacen que el pronóstico siga siendo reservado”, señaló el informe médico de este lunes 24 de febrero.
El papa Francisco se encuentra internado en el hospital Gemelli de Roma desde hace ya más de una semana, donde recibe tratamiento médico por bronquitis y, posteriormente según arrojaron los resultados, por una infección polimicrobiana en el tracto respiratorio.
Luego del parte médico matutino, se informó que la noche de este lunes en la Plaza de San Pedro, los cardenales residentes en Roma, colaboradores de la Curia Romana, y de la diócesis de Roma rezarán el Rosario por la salud del Papa Francisco.
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Los médicos dicen que la neumonía en cualquier persona puede ser grave, pero para alguien de la edad del papa, puede ser particularmente preocupante. “Uno de los factores de riesgo para una infección más grave es la edad avanzada, es decir, cualquier persona mayor de 65 años”, dijo la doctora Meredith McCormack, directora de medicina pulmonar y de cuidados críticos en la Universidad Johns Hopkins.
Pero pese a que el papa perdió parte de su pulmón derecho hace décadas, McCormack dijo que eso no debería comprometer necesariamente su recuperación.
