Un trágico incidente sacudió la ciudad de Daejeon, Corea del Sur, el 10 de febrero, cuando una maestra de primaria apuñaló a una niña de ocho años dentro de una escuela. La policía local encontró a ambas con heridas de arma blanca tras acudir al lugar, según informaron la Agencia de Noticias Yonhap y Reuters.
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La menor fue atacada en el cuello y el brazo y, pese a ser trasladada rápidamente a un hospital local, fue declarada muerta poco después. Su desaparición se reportó cuando no se presentó a una clase de arte después del horario escolar.
Por su parte, la maestra, una mujer de aproximadamente 40 años, también presentaba heridas y fue hospitalizada. Según Yonhap, admitió haber cometido el crimen durante su conversación con la policía.
La profesora había sufrido depresión meses atrás
El caso ha generado gran conmoción en la sociedad surcoreana. El presidente interino, Choi Sang-mok, ordenó una investigación exhaustiva e instó a las autoridades a tomar medidas para prevenir hechos similares en el futuro. Mientras tanto, vecinos de la zona han depositado flores y un peluche en la entrada de la escuela, que permanecía cerrada el martes siguiente al incidente.
Las investigaciones revelaron que la maestra había solicitado una licencia de seis meses por depresión el 9 de diciembre. Sin embargo, solo 20 días después, regresó a sus labores luego de que un médico la evaluara y determinara que podía seguir trabajando. A pesar de su reincorporación, no había impartido clases desde su licencia ni tenido contacto previo con la víctima.
Días antes del ataque, la maestra había mostrado comportamientos violentos, como agredir a otro profesor colocando una llave en su cabeza. Estas señales de alarma han generado críticas hacia el sistema educativo y los protocolos para evaluar la estabilidad mental de los docentes en Corea del Sur.
Este lamentable suceso ha abierto un debate en el país sobre la importancia de una mejor supervisión del estado emocional y mental del personal educativo. Las autoridades se enfrentan ahora a la presión de fortalecer los controles de salud mental y garantizar la seguridad de los estudiantes en las instituciones escolares.
La comunidad escolar de Daejeon sigue consternada por el crimen, mientras continúa la investigación para esclarecer los motivos que llevaron a la maestra a cometer este atroz acto.
