El Super Bowl 59 vivió un momento histórico. Por primera vez, un presidente de Estados Unidos asistió al evento más importante del deporte profesional estadounidense y el encargado de sellar este hito no fue otro que Donald Trump.
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Recibido por una gran ovación tras el himno, el mandatario se citó en el Caesars Superdome, para ver a los Philadelphia Eagles hacerse con el título luego de vencer a los Kansas City Chiefs, 40 a 22.
Para recibir al Jefe de Estado, “las medidas de seguridad se han mejorado aún más este año, dado que será la primera vez que un presidente de los Estados Unidos en ejercicio asistirá al evento”, había señalado el portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, en un comunicado.
Así vivió Donald Trump la victoria de los Philadelphia Eagles frente a los Kansas City Chiefs en el Super Bowl
Desde su palco VIP, donde se le vio con el comisionado de la NFL Roger Goodell, el líder republicano, que empezó el día jugando al golf con Tiger Woods en Florida, vivió un domingo muy activo y escribió un nuevo capítulo de lo que había sido una tensa relación con la NFL, a la que ha acusado de ser “demasiado progresista”.
Con sorpresa, Trump vio a los Philadelphia Eagles hacerse con el título, pues apenas horas antes había confesado que sentía que debía estar del lado de los Chiefs y que su estrella, el quarterback Patrick Mahomes, “sabe ganar”, por lo que se habría decantado por su equipo, además de elogiar a la esposa de Mahomes, Brittany.
El evento más televisado de los Estados Unidos como es costumbre tuvo varias atracciones dentro del mismo show, además de la presencia de Trump. En el entretiempo, el del rapero Kendrick Lamar, con despliegue de bailarines, se hizo con los focos. Y entre el público, la presencia de invitados como la superestrella del pop Taylor Swift y el astro del fútbol Lionel Messi también formaron parte del mítico evento.