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¿Es viable la propuesta de Trump sobre Gaza? Los obstáculos que enfrenta son variados y complejos

Aliados de Estados Unidos en la región, como Arabia Saudita, Jordania y Egipto rechazaron de plano la idea de sacar a casi 2 millones de palestino de Gaza.

La sorprendente propuesta del presidente Donald Trump de trasladar por la fuerza a cientos de miles de palestinos fuera de la Franja de Gaza y convertirla en un destino turístico y un proyecto inmobiliario, enfrenta importantes obstáculos y una oposición a nivel mundial.

Para los palestinos y muchas otras personas, estos planes constituyen una limpieza étnica, un intento de expulsarlos de la tierra que llaman hogar después de que la ofensiva de 15 meses de Israel contra Hamás dejara gran parte del lugar inhabitable. También fue considerada como un intento de poner fin a su lucha de décadas para tener un Estado, lo cual cuenta con un amplio apoyo internacional.

Los países árabes, incluidos Egipto y Jordania —aliados cercanos de Estados Unidos y en paz con Israel— han condenado estos planes y han rechazado rotundamente la sugerencia de Trump de que acepten más refugiados palestinos.

Arabia Saudita emitió una infrecuente declaración durante la noche en la que rechaza la idea del traslado y reitera que no normalizará las relaciones con Israel —un objetivo clave del gobierno de Trump— sin el establecimiento de un estado palestino que incluya a Gaza.

Esos son solo una parte de los todos los obstáculos que enfrenta la inesperada propuesta de Trump de tomar “control” de Gaza.

Los palestinos no quieren irse

Los palestinos consideran a Gaza como una parte integral de su patria y aspiran a tener un Estado independiente en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental, territorios que Israel capturó en 1967, en la Guerra de los Seis Días.

La mayor parte de la población de Gaza son descendientes de refugiados de la guerra de 1948 que rodeó a la creación de Israel, cuando cientos de miles de palestinos huyeron o fueron expulsados de lo que es ahora el territorio israelí. No se les permitió regresar porque habrían superado en número a la población judía del nuevo estado.

Riyad Mansour, el embajador palestino ante Naciones Unidas, sugirió que si el objetivo de Trump es enviar a los palestinos a un “lugar feliz y agradable”, deberían regresar a sus hogares ancestrales en Israel.

El ideal de permanecer en su tierra a pesar de las amenazas de expulsión es un elemento fundamental de la lucha y la identidad de los palestinos, y quedó claramente de manifiesto la semana pasada cuando cientos de miles de personas regresaron al norte de Gaza, a pesar de su destrucción casi total.

La Autoridad Palestina, que es respaldada por Occidente y que reconoce a Israel y coopera con ese país en materia de seguridad, han condenado vehementemente la propuesta de Trump.

Países árabes no aceptarán refugiados palestinos

Egipto y Jordania, que hicieron las paces con Israel hace décadas, han rechazado repetidamente propuestas anteriores de reasentar a los palestinos dentro de sus fronteras.

Ellos también temen que Israel nunca permita que los palestinos regresen, y que una afluencia masiva de refugiados palestinos desestabilice nuevamente la región, como ocurrió en las décadas posteriores a 1948, cuando fue un factor clave en la guerra civil del Líbano y las dos invasiones israelíes de ese país. Además, ambos países enfrentan dificultades económicas que les impedirían acoger grandes cantidades de refugiados.

Trump sugirió que los países ricos del Golfo podrían pagar para reasentar a los palestinos, pero eso parece poco probable.

Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar se han unido a Egipto y Jordania en el rechazo de cualquier plan de traslado, y los saudíes repudiaron el plan casi de inmediato.

Los líderes de Medio Oriente también tienen influencia

Trump parece disfrutar del uso de aranceles, sanciones y recortes de ayuda para presionar a aliados y adversarios por igual, y podría aplicar una presión económica sobre países como Egipto y Jordania, que han dependido por mucho tiempo de la ayuda estadounidense.

Pero esos países tienen sus propios puntos de apoyo ante lo que consideran una gran amenaza a su seguridad nacional. Y los países ricos del Golfo, que históricamente también han brindado ayuda a Egipto y Jordania, podrían contribuir a amortiguar cualquier golpe económico.

Egipto ya advirtió que cualquier traslado masivo de palestinos a la península del Sinaí, que colinda con Gaza, podría socavar su tratado de paz con Israel, que ha sido una piedra angular de la estabilidad regional y la influencia estadounidense durante casi medio siglo.

Egipto y Qatar también han servido como mediadores clave con Hamás en las conversaciones que condujeron al alto al fuego, y ambos trabajan con Steve Witkoff, el enviado de Trump a Oriente Medio, para tratar de ampliarlo.

Para Israel los rehenes son la prioridad

La idea de una reubicación masiva ha estado confinada, históricamente, a la extrema derecha de Israel, pero este miércoles, líderes de las corrientes principales dijeron que valía la pena considerar el plan de Trump.

En la conferencia de prensa con Trump, el primer ministro Benjamin Netanyahu reconoció que “se quedan boquiabiertos” cuando el presidente estadounidense propone ideas poco ortodoxas, pero luego “la gente se rasca la cabeza y dice: ‘¿Sabes? Tiene razón’”.

Benny Gantz, un político centrista y exgeneral considerado durante mucho tiempo como una alternativa más moderada a Netanyahu, dijo que la propuesta de Trump mostraba “un pensamiento creativo, original e intrigante”, y que debería estudiarse junto con otros objetivos de guerra, “priorizando el regreso de todos los rehenes”.

Yair Lapid, líder de la oposición y feroz crítico de Netanyahu, que ha expresado en el pasado su apoyo a la solución de dos Estados, no se opuso a la idea. En cambio, dijo en una entrevista con los medios locales que era demasiado pronto para reaccionar a la propuesta de Trump ya que no hay detalles concretos, y que lograr el regreso de los rehenes era lo más importante.

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