La obispa Mariann Edgar Budde habló con All Things Considered sobre el sermón que le dio durante una misa al presidente Trump donde le pidió compasión hacia las comunidades vulnerables. “Decidí pedirle con la mayor delicadeza posible que tuviera piedad”, dijo Budde, la obispa episcopal de Washington.
“Lo peligroso que es hablar de las personas en estas amplias categorías, y particularmente los inmigrantes, como si todos fueran criminales o niños transgénero que de alguna manera son peligrosos”, añadió.
La obispa aboga por la unión
“Para estar unidos como un país con tanta riqueza y diversidad, necesitamos misericordia. Necesitamos compasión. Necesitamos empatía. Y en lugar de enumerar eso como una categoría amplia, como me escucharon decir, decidí hacer un llamado al presidente”, continuó.
La obispo realizó un servicio de oración en Catedral Nacional de Washington donde se dirigió a Trump, a su lado estaba el vicepresidente Vance: “Permítame hacer una última súplica, señor presidente”, dijo Budde en su sermón, que duró 15 minutos.
No habrá disculpa alguna para el presidente Trump
“Millones de personas han depositado su confianza en usted y, como usted le dijo ayer a la nación, ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de nuestro Dios, le pido que tenga piedad de la gente de nuestro país que ahora está asustada”, dijo Budde mirando directamente al presidente.
Aunque el presidente solo la miró, los aliados a Trump la criticaron rápidamente y un congresista republicano dijo: “agregada a la lista de deportaciones”.
A pesar de ello, Budde no se arrepiente: “No odio al presidente y rezo por él”, dijo Budde. “No creo que sea necesario pedir perdón por una petición de clemencia”.
“Lamento que haya sido algo que haya provocado el tipo de respuesta que ha provocado, en el sentido de que en realidad confirmó lo que mencioné antes, que es nuestra tendencia a indignarnos y a no hablarnos con respeto. Pero no, no me disculparé por lo que dije”.