Donald Trump prometió un “huracán” de órdenes ejecutivas en sus primeras horas como el nuevo presidente de Estados Unidos y ya se conoció que uno de esos primeros decretos estará cargado de simbolismo: le cambiará el nombre al Golfo de México y al Monte Denali en Alaska, la cima más alta de América del Norte.
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La información fue adelantada esta mañana por el New York Post.
Aunque ambos casos ya habían sido mencionados por Trump, llama la atención que estén incluidos en sus primeras medidas: el Golfo de México será rebautizado como el “Golfo de América” y el Denali recuperará su antiguo nombre de Monte McKinley.
El secretario del Interior ejecutará estas órdenes, lo que significa que “Golfo de América” y “Monte McKinley” serán utilizados en comunicaciones federales y en mapas oficiales, pero no necesariamente se aplicará en los colegios.
¿Por qué Trump quiere cambiarle el nombre al Golfo de México?
Hace unas semanas, en una conferencia de prensa en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, Trump mencionó la opción de cambiarle el nombre al Golfo de México, pero sin entregar razones de fondo.
“Vamos a cambiar el nombre del Golfo de México a Golfo de América, que suena muy bien. Eso cubre mucho territorio, el Golfo de América, qué hermoso nombre. Y es apropiado”, dijo Trump.
El nombre “América” es por Estados Unidos y no por el continente.
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De acuerdo al borrador de orden ejecutiva al que tuvo acceso el New Yor Post, se destaca que el Golf “es fundamental por su industria marítima y producción de energía, comercio internacional, turismo, pesca y recreación”.
En su momento, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum recordó junto a un mapa de 1607 que lo que hoy se conoce como Estados Unidos, México y parte de Canadá tenía un nombre diferente. “¿Por qué no le decimos América Mexicana? Suena bonito, ¿no? ¿No es cierto?”, dijo, junto a una sonrisa en medio de una conferencia de prensa.
La admiración de Trump por el presidente McKinley
En 1917, el gobierno de Estados Unidos nombre Monte McKinley a la montaña de 20.310 pies en Alaska (6.190 metros) en honor a William McKinley, un presidente republicano que fue asesinado en 1901.
Donald Trump ha expresado en múltiples ocasiones su admiración por William McKinley, sobre todo por impacto en las políticas arancelarias. Durante un evento en diciembre, en Arizona, el próximo presidente de Estados Unidos alabó a McKinley, vinculando su legado con sus propios ideales: “McKinley fue un presidente muy bueno, tal vez un gran presidente...Como mínimo, fue un muy buen hombre de negocios. Fue empresario, luego gobernador, un empresario muy exitoso”.
Según un borrador al que tuvo acceso el Post, destaca la importancia histórica de McKinley, se subraya que su presidencia está marcada por su dedicación a proteger los intereses estadounidenses y por su papel en impulsar la riqueza nacional.
Sin embargo, el legado de McKinley fue objeto de controversia durante el gobierno de Barack Obama, quien en 2015 tomó la decisión de renombrar el Monte McKinley como Denali, recuperando el nombre indígena dado por los koyukon athabascos, los habitantes nativos de Alaska. La medida respondió a una solicitud presentada por la Legislatura de Alaska en 1975, en un esfuerzo por respetar las tradiciones y la historia de las comunidades originarias de la región.
Se espera que Trump, firme las órdenes en la Sala del Presidente en el Capitolio después de su toma de posesión u horas después cuando ya se instale en la Casas Blanca.
