Washington D.C. se prepara para enfrentar una ola de frío polar que marcará mínimos históricos durante la inauguración presidencial de Donald Trump. Ante las condiciones extremas previstas para el próximo lunes, con temperaturas de hasta 12 grados bajo cero, el presidente electo ha decidido trasladar su toma de posesión al interior del Capitolio.
La ceremonia, que tradicionalmente se celebra en el exterior, tendrá lugar en la emblemática Rotonda del Capitolio, un espacio histórico ubicado bajo la cúpula del edificio. Trump anunció la decisión en su red social, Truth Social, explicando que la medida busca garantizar la seguridad de los asistentes.
Trump mueve su inauguración al interior del Capitolio
En el comunicado, Trump escribió “No quiero ver a nadie herido o lastimado debido al frío extremo. Las condiciones son peligrosas para todos, incluidos los equipos de emergencia y los cientos de miles de simpatizantes”. Esta no es la primera vez que una toma de posesión se celebra bajo techo debido a condiciones climáticas extremas.
En 1985, la segunda juramentación de Ronald Reagan también se trasladó al interior del Capitolio por una sensación térmica de -25 °C. Sin embargo, el cambio de locación limita el acceso al evento, que ahora será reservado para un grupo selecto de invitados, incluidos líderes políticos, donantes y el presidente saliente, Joe Biden.
Para aquellos que no puedan asistir a la Rotonda, la ceremonia será transmitida en el Capital One Arena, un recinto cubierto con capacidad para 20,000 personas. Además, el tradicional desfile presidencial, originalmente programado para recorrer la avenida Pensilvania, también se trasladará al estadio. Aunque los detalles de cómo se organizará un desfile bajo techo aún no están claros, Trump aseguró que se unirá a sus seguidores allí tras jurar el cargo.
El frío extremo, peor enemigo de los eventos presidenciales
El frío extremo también ha generado comparaciones con eventos históricos. En 1841, el presidente William Henry Harrison pronunció el discurso inaugural más largo de la historia sin abrigo ni sombrero, lo que lo llevó a desarrollar neumonía y morir un mes después.
Más recientemente, en 2009, Barack Obama juró el cargo con temperaturas de -2 °C ante una multitud que desafió el frío. Aunque Trump ya había enfrentado críticas por la asistencia a su primera inauguración en 2017, esta vez las condiciones climáticas parecen ser un factor decisivo para limitar el público presente.