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Estados Unidos registra el nivel más alto de casos de tos ferina

Los casos de tos ferina en Estados Unidos han alcanzado el total anual más alto en una década

Agencia
Esta ilustración de 2016, proporcionada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) muestra la bacteria Bordetella pertussis, causante de la tos ferina, basada en imágenes de microscopio electrónico AP (AP)

Los casos de tos ferina en Estados Unidos alcanzaron su punto más alto que en la última década. Durante las últimas 12 semanas, los casos son muy altos. Para mediados de septiembre, se habían registrado alrededor de 14.500 casos en todo el país desde principios de año.

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El último registro fue el pasado 14 de diciembre y había una cantidad de 32 mil casos registrados, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Aumento exponencial de casos de tos ferina en el país

Los casos se multiplicaron por seis con respecto al mismo periodo del año pasado. En diciembre de 2023 había registrado 5.100 casos y en 2022 era de apenas tres mil casos registrados.

“Los expertos atribuyen el elevado número de casos a una combinación de factores. Por un lado, los casos de tos ferina cayeron a niveles muy inferiores al promedio durante la pandemia de COVID-19, por lo que se esperaba un retorno a los patrones previos a la pandemia”, reseña NBC News en su web.

¿Qué es la tos ferina?

Según la Clínica Mayo, “la tos ferina (pertusis) es una infección de las vías respiratorias sumamente contagiosa. En muchas personas se caracteriza por una tos seca intensa seguida de sonidos agudos al inhalar que parecen chillidos”.

Los síntomas de la enfermedad contagiosa son:

Moqueo

Congestión nasal

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Ojos enrojecidos, llorosos

Fiebre

Tos

Si no se detecta a tiempo, puede provocar síntomas peores y ataques prolongados de tos, causando vómitos, volver el rostro enrojecido o azulado, fatiga extrema y terminar con un sonido silbante y chillón agudo al inhalar aire.

“Entre una y otra tos, no tienen tiempo para respirar”, dijo Dean Blumberg, jefe de enfermedades infecciosas pediátricas en el Hospital Infantil de la Universidad de California en Davis. “A veces, si la situación es tan grave, los niños terminan intubados o conectados a un respirador para que puedan recibir oxígeno”.

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