Este mes de diciembre arrancó con una nueva ley que podrá ser pionera en la lucha por la práctica segura y digna de aquellas personas que se dedican al trabajo sexual. En Bélgica, a partir del domingo, las personas que ofrezcan servicios sexuales podrán firmar contratos de empleo formales y obtener derechos laborales equiparables a los de otras profesiones en un avance legal que algunos ha considerado una “revolución”.
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Esta medida sigue la lucha de ese país por sumar a estos trabajadores al resto de trabajadores con derechos fundamentales, incluido el derecho a rechazar clientes, elegir sus prácticas y detener un acto en cualquier momento. Recordemos que desde 2022, Bélgica despenalizó el trabajo sexual.
¿Qué comprenden estas nuevas regulaciones aprobadas para los trabajadores sexuales en Bélgica?
Bajo las nuevas regulaciones, las personas que ofrezcan servicios sexuales tendrán acceso a seguro de salud, vacaciones pagadas, beneficios de maternidad, apoyo por desempleo y pensiones. La legislación también establece reglas sobre horarios de trabajo, salario y medidas de seguridad, abordando una brecha prolongada en las protecciones legales para quienes están en el sector.
“Este es un paso increíble hacia adelante”, dijo Isabelle Jaramillo, coordinadora de Espace P, un grupo de defensa involucrado en la redacción de la legislación. “Significa que su profesión finalmente puede ser reconocida como legítima por el Estado belga”.
“Desde la perspectiva del empleador, esto también será una revolución. Tendrán que solicitar una autorización estatal para contratar trabajadores sexuales”, dijo Jaramillo.
“Bajo la legislación anterior, contratar a alguien para el trabajo sexual automáticamente te convertía en un proxeneta, incluso si el arreglo era consensuado”, dijo Jaramillo. “Ahora, tendrán que solicitar autorización estatal para contratar empleados”.
Los empleadores ahora deben obtener autorización, adherirse a estrictos protocolos de seguridad y cumplir con requisitos de antecedentes, incluyendo no tener condenas previas por agresión sexual o tráfico humano. Además también deben proporcionar sábanas limpias, condones y productos de higiene, e instalar botones de emergencia en los lugares de trabajo.
Aunque países como Alemania y Holanda han legalizado el trabajo sexual, ninguno ha implementado protecciones laborales tan completas como Bélgica.