WASHINGTON (AP) — Los republicanos han ganado suficientes escaños para controlar la Cámara de Representantes de Estados Unidos, completando la barrida del partido hacia el poder y asegurando su dominio en el gobierno junto al presidente electo Donald Trump.
Una victoria republicana en Arizona, junto con una victoria en California, que tuvo un lento conteo de votos, otorgó al Partido Republicano los 218 asientos en la Cámara de Representantes que constituyen la mayoría. Los republicanos también habían ganado anteriormente el control del Senado, donde tendrán 52 o 53 parlamentarios.
¿Qué puede hacer Trump con el control ejecutivo y legislativo?
Con mayorías apretadas, pero ganadas en una dura lucha, los líderes republicanos están visualizando un mandato para transformar el gobierno federal e implementar rápidamente la visión de Trump para el país.
El presidente entrante ha prometido llevar a cabo la operación de deportación más grande jamás vista en Estados Unidos, extender las reducciones de impuestos, castigar a sus adversarios políticos, tomar control de las herramientas más poderosas del gobierno federal y remodelar la economía de la nación. Las victorias electorales de los republicanos aseguran que el Congreso respaldará esa agenda, y que los demócratas se verán casi impotentes para contrarrestarla.
Cuando Trump fue elegido presidente en 2016, los republicanos también arrasaron en el Congreso, pero aun así el magnate se topó con líderes republicanos resistentes a sus ideas políticas, así como una Corte Suprema con mayoría liberal. No será así esta vez.
Esta vez Trump trabajará con un Partido Republicano que ha sido completamente transformado por su movimiento “MAGA” y una Corte Suprema dominada por jueces conservadores, incluidos tres que él nombró.
El presidente de la cámara baja, Mike Johnson, quien con el respaldo de Trump ganó la nominación de la Conferencia Republicana para seguir siendo presidente de la cámara baja el próximo año, ha hablado de aplicarle un “soplete” al gobierno federal y sus programas, pensando en formas de revisar incluso programas populares defendidos por los demócratas en años recientes.
“Los republicanos en la Cámara de Representantes y el Senado tienen un mandato”, dijo Johnson esta semana. “El pueblo estadounidense quiere que implementemos y entreguemos esa agenda de ‘Estados Unidos primero’”.
¿Cómo actuarán los republicanos moderado que todavía quedan?
Aún así, con algunas contiendas electorales todavía sin decidir, los republicanos podrían conservar la mayoría por una diferencia de sólo unos pocos escaños cuando el nuevo Congreso comience a sesionar. La decisión de Trump de seleccionar a miembros de la Cámara de Representantes para puestos en su gobierno —los representantes Matt Gaetz, Mike Waltz y Elise Stefanik hasta ahora— podría complicar la capacidad de Johnson para mantener una mayoría en los primeros días del nuevo Congreso.
Gaetz presentó su renuncia el miércoles, efectiva de inmediato. Johnson dijo que esperaba que el escaño ya esté quedado ocupado para cuando el nuevo Congreso se reúna el 3 de enero. Los reemplazos para miembros de la cámara baja requieren elecciones especiales, y los distritos legislativos ocupados por los tres miembros que se van han estado en manos republicanas durante años.
Debido al estrecho margen con el que los republicanos alcanzaron la mayoría, está lejos de estar garantizado que la Cámara de Representantes será altamente funcional. Los últimos dos años de control republicano de la cámara baja estuvieron definidos por luchas intestinas mientras facciones conservadoras intransigentes buscaban ganar influencia y poder desafiando abiertamente a su liderazgo partidista.
La mayoría republicana también depende de un pequeño grupo de legisladores que ganaron elecciones difíciles postulándose con agendas moderadas. Queda por ver si respaldarán algunas de las propuestas más extremas defendidas por Trump y sus aliados, tomando en cuenta que la Cámara de Representantes se renueva completa en las elecciones legislativas de noviembre del 2026.