El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha estado anunciando a los funcionarios que conformarán su gabinete de gobierno, y al mismo tiempo, está presionando para que las designaciones que hace sean definitivas, sin tener que contar con la aprobación del Senado.
Constitucionalmente, en Estados Unidos, el Poder Ejecutivo debe tener la aprobación del Legislativo para los nombramientos de sus altos funcionarios. El Presidente los nomina y los senadores los confirman o los rechazan. De esta manera, se evita que la Casa Blanca instale a personas no aptas en los cargos y que se base únicamente en intereses, ideologías o radicalismos.
Sin embargo, The New York Times reseñó que Trump busca basarse en los recesos legislativos del Senado para designar durante estos recesos, a los miembros de su gabinete, sin tener que pasar por la aprobación de los legisladores, algo que asoma que su segundo mandato podría ser más radical que el primero.
Las pretensiones de Trump, tienen a favor que su partido Republicano tiene una mayoría ante los demócratas en el Congreso. No se descarta que los senadores de su bando político cedan a sus disposiciones, renunciando a su papel de evaluar a los nominados para los distintos puestos del gabinete.
La estrategia que Trump ha expuesto en sus redes sociales es que los republicanos seleccionen a un líder de la mayoría del Senado, este líder será quien convoque los recesos, y durante este tiempo, él como Presidente, podrá designar unilateralmente a sus altos funcionarios.
“Si bien no existe ningún obstáculo legal obvio para la solicitud de Trump, sería una violación extraordinaria de las normas constitucionales. No existe ningún precedente histórico de un abandono deliberado y total por parte del Senado de su función de decidir si confirma o rechaza las decisiones del presidente de otorgar poder al gobierno”, dice The New York Times.
“Es una idea terrible y anticonstitucional”, expuso el comentarista legal, Ed Whelan, en un ensayo para el conservador National Review.
¿En qué consisten los recesos legislativos que quiere usar Trump para evadir al Senado?
The New Yok Times rememoró que durante los primeros gobiernos de Estados Unidos, los viajes eran a caballo, por lo que muchas veces, los senadores tardaban meses en llegar a las sesiones. Cuando surgía una vacante en el gabinete del Poder Ejecutivo, y no la podían cubrir de una vez por la ausencia de algún senador, se hizo una excepción en la Constitución, permitiendo a los presidentes cubrir temporalmente las vacantes, sin la confirmación del Senado cuando estaba en receso.
Actualmente, los senadores se reúnen todo el año, y si hay alguna ausencia, pueden llegar a las sesiones rápidamente. Sin embargo, los recesos siguen estando en la Constitución y podrían ceder el control a Donald Trump en alianza con sus poderosas figuras.
“Un hombre que tuviera por sí solo la disposición de los cargos, estaría mucho más gobernado por sus inclinaciones e intereses privados, que cuando estuviera obligado a someter la conveniencia de su elección a la discusión y determinación de un organismo diferente e independiente, y que organismo toda una rama de la legislatura”, escribió Alexander Hamilton en un ensayo en Federalist Papers.
Los altos funcionarios designados durante recesos del Senado estarán en estos puestos hasta el final de la siguiente sesión del Senado, es decir, que si los nombran en receso a principios de 2025, ejercerán el cargo hasta finales de 2026.
Según la Corte Suprema, un receso de al menos 10 días del Senado, es suficiente para que un presidente eluda la confirmación de sus designados.
“Para preparar a Trump, el líder de la mayoría tendría que estar dispuesto a presentar una moción para aplazar la sesión al menos durante ese período de tiempo. Luego, el Senado celebraría una votación por mayoría simple”, explica The New York Times, que agrega que “si no se aprueba ninguna moción de aplazamiento, la cámara permanecería en sesión”.
Presidentes anteriores han hecho nombramientos durante recesos del Senado, pero Donald Trump, quiere hacerlo de manera sistemática, destacando como algo sin precedente en la historia de Estados Unidos.
Los días siguen pasando, y sigue la expectativa de si los republicanos cederán el control total a Trump, algo que, a juicio, de expertos reforzaría el radicalismo en el poder.