Por tercera elecciones presidenciales consecutivas, las encuestas de Estados Unidos se volvieron a equivocar con Donald Trump: en 2016 daban por favorita a Hillary Clinton y en 2020 Joe Biden era el favorito y ganó por muy poco. Para 2024 se anticipaba una batalla cerrada con Kamala Harris y el candidato republicano obtuvo una victoria amplia y rápida.
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Esas inconsistencias de las encuestas afloraron en los siete estados considerados indecisos, donde la candidata demócrata aparecía como levemente favorita en Wisconsin, Michigan y Nevada.
Sin embargo, a primera hora de este miércoles, el candidato republicano ya tenía asegurado el triunfo en Wisconsin (49,7% de los votos para Trump) y mostraba una cómoda ventaja en Michigan (más de 100 mil votos) y en Nevada (más de 59 votos).
A eso se suma que Trump ganó en otros tres estados claves, como Georgia (con 50,8% de los votos), Carolina del Norte (51,1%) y el fundamental de Pensilvania (50,7%).
Como en Arizona el magnate de neoyorquino también tiene una buena ventaja de casi 20 mil votos de diferencia, al final de esta jornada o mañana se podría confirmar que Trump ganó en los siete estados denominados “battlegrounds”, consolidando una victoria sorpresiva de acuerdo a lo que pronosticaban las encuesta.
Un triunfo histórico para Donald Trump
En 2016 Trump ganó la presidencia 304 votos del Colegio Electoral contra 227 de Hillary Clinton, pero en el voto popular (el acumulado nacional) perdió por casi tres millones de sufragios contra la candidata demócrata.
En 2020, Joe Biden no solo ganó 306-232 los votos electorales, sino que también aventajó por siete millones de sufragios al entonces presidente republicano en el voto popular.
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Pero las cosas cambiaron radicalmente en las elecciones de este 5 de noviembre.
En una prueba de su crecimiento en grupos como los hombres latinos, los hombres afroamericanos y los jóvenes, Donald Trump aventaja en casi 5 millones de personas a Kamala Harris en el voto popular (51% contra 47,5%).
Eso también se explica por su crecimiento incluso en estados que perdió y que son bastiones demócratas. En Illinois, por ejemplo, Trump logró el 40% de los votos en 2020 y en estas elecciones subió hasta 45%. Similar situación ocurrió en el populoso estado de Nueva York: 37,7% hace cuatro años y 45% ahora.
Además, en los estados más grandes que ganó, Florida y Texas, la victoria del republicano fue mayor que en las elecciones pasadas.