La acuicultura es una importante forma de inyección económica. Pero muchas veces deja residuos que afectan a los ecosistemas y poblados cercanos a estas áreas, como pasa en comunidades del sur de Chile, que tuvieron que aprender a usar los desperdicios de esta industria en su vida diaria.
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En el marco del IV Encuentro de Áreas Protegidas y Comunidades, que se desarrolló el mes pasado en Santiago de Chile, se hizo una exposición de fotos que muestran los principales usos que se les dan las comunidades del archipiélago de Chiloé a estos desperdicios. Ricardo Álvarez, Antropólogo de la Universidad Austral de Chile, contó a Metro World News que “el tema es bien sensible por las interpretaciones que surgen en torno a este acto de resistencia ante la basura… Algunos piensan, por ejemplo, que las comunidades deberían estar agradecidas de que flote tanto desecho ‘reutilizable’ en sus aguas”.
El año 2018, el experto inició un estudio sobre cómo los isleños de Chiloé enfrentaban esta basura aplicando sus antiguas costumbres, cuando antaño recurrían a materiales como la madera. Pero con el tiempo se dieron cuenta que el plástico duraba más y fueron sustituyendo el material autóctono por los desechos.
“El concepto de cómo podemos reutilizar el material que no se va a deshacer en cierta forma en el tiempo, es claramente un reflejo de cómo la gente está tratando de sobrevivir a la basura”
— Juan Catín Cheuqueman, presidente de la Comunidad Indígena de Buill.
Álvarez cuenta que “debido a lo importante que resultó advertir este fenómeno, junto a un equipo de colegas asumimos la tarea de comenzar a sistematizar el uso actual de basura acuícola en las islas”, lo que se reflejó en el artículo “Artilugios de plástico y habitabilidad en las islas del mar interior de Chiloé”, que saldrá en diciembre en el Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología.
“Lo importante del caso es que los isleños e isleñas recurren a sus costumbres (o usos consuetudinarios) para transformar esta basura en artilugios que faciliten la habitabilidad familiar y comunitaria (fabricando cercos, tranqueras, chiqueros, gallineros, embarcaciones, sistemas de acopio de agua, trineos, choapinos, canastos para mariscar, y una infinidad de otros artilugios), pues de otra manera las toneladas de desechos plásticos asfixiarían sus costas, lugar vital para su sostenimiento”, explica el antropólogo.
“Muchos de estos desechos, lamentablemente, no pueden ser afrontados, y hoy en día aves de corral comen plumavit y microplásticos, las ovejas comen plumavit y microplásticos arrastrados por el viento a los pastizales costeros, los peces comen plumavit y microplásticos... y las personas terminan incorporándolo a su cuerpo”, advierte el experto de la Universidad Austral.
“No es una alegoría a la basura”
Juan Catín Cheuqueman, presidente de la Comunidad Indígena de Buill, una de las tantas afectadas por este fenómeno en el archipiélago de Chiloé, cuenta que los desechos llegan principalmente de lo generado por la mitilicultura (cultivo de moluscos) y la salmonicultura (producción de salmones y truchas). Y explica que “no es una alegoría en sí a la basura el hecho de que nosotros estemos haciendo esto, sino que simplemente, es mitigar el impacto que genera la industria”.
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“El concepto de cómo podemos reutilizar el material que no se va a deshacer en cierta forma en el tiempo, es claramente un reflejo de cómo la gente está tratando de sobrevivir a la basura”, agrega el poblador de la zona austral de Chile.
Sobre el rol de las autoridades frente a esta crisis ambiental, Catín dice que “tienen un plan de acción, supuesto, otorgado por el Estado, pero es tanta la basura que se genera que no se da abasto. Entonces, termina en el empleo de esta forma”.
4 preguntas a…
Juan Catín Cheuqueman, , presidente de la Comunidad Indígena de Buill
¿Cómo comenzó esto de reutilizar los desechos de las pesqueras?
–Nosotros vivimos en un lugar donde son dos fiordos, que por las corrientes mismas la mayoría lleva este tipo de desechos industriales. Claro, la industria tiene un plan de acción, pero que no da abasto para sacar todo el material que genera. Entonces la gente, en la necesidad de mitigar un poco y descontaminar las áreas que ellos mismos ocupan, comenzaron con estos sistemas de reutilización.
¿Qué pasa con el material que les llega por las corrientes?
–En el caso del nylon, las que le dieron mayor utilidad fueron las artesanas lugareñas, se puede decir. Ellas transformaron,l e dieron la posibilidad de transformar el material de plástico al deshilacharlo en material tejido. Y lo fueron transformando en adornos, canastos, en todo tipo de cosas. Se puede ver una pala hecha de este tipo de plástico, tubo de PVC. La otra utilidad que le han dado es transformarlo en estacas para cercos, porque la durabilidad a través del tiempo es mucho mayor que la de la madera.
Han llegado a hacer hasta botes…
–En el caso de las boyas plásticas, por ejemplo, sirve bastante para los sectores de agua. Aquí lo que hacen es soldarlo en una mitad y poner el resto de artilugios que llegan a una embarcación. Y así lo hemos ido transformando en algo que pueda tener una doble utilidad.
¿Hacen cercos con los tubos?
–Sí, claro. Esta es una forma, porque nosotros lo hicimos parantes, pero también están los otros que son estacones, como los que ves aquí. Entonces, se está utilizando más en este tipo de estructuras, que son los estacones, porque como te digo yo, le da una mayor durabilidad a través del tiempo. En relación a una estaca, el plástico tiene muchos años en que no se va a dañar.