Un pequeño resbalón en el viaje real por Australia del rey Carlos III y su consorte, la reina Camilla. Cuando el monarca británico se disponía este lunes a ofrece un discurso en el Parlamento australiano, fue increpado verbalmente por una senadora indígena que le espetó: “Usted no es mi Rey” y entre gritos afirmó que había “cometido un genocidio contra nuestro pueblo”.
Carlos III y Camilla habían aterrizado este viernes en el aeropuerto de Sidney y durante el fin de semana habían estado atendiendo diversos compromisos en este viaje histórico. Este lunes, la pareja había llegado a Canberra donde el rey ofreció su discurso minutos antes de vivir el bochornoso momento.
¿Qué le gritó la senadora australiana al rey Carlos III luego de su discurso en el parlamento?
Tras la intervención del hijo de la difunta reina Isabel II ante los políticos y dignatarios, Lidia Thorpe, senadora independiente por Victoria, quien estaba vestida con la capa típica tradicional de pelo, recorrió el pasillo del Gran Salón de Canberra diciendo: “Han cometido un genocidio contra nuestro pueblo. Devuélvannos nuestra tierra. Devuélvannos lo que nos robaron. Nuestros huesos, nuestros cráneos, nuestros bebés, nuestra gente. Destruyeron nuestra tierra. Denos un tratado. Queremos un tratado”.
Mientras la política se dirigía hacia el estrado donde estaban los Reyes, los escoltas impidieron que la senadora, de 51 años, se acercara más a la vez que su tono iba subiendo de intensidad. “Esta no es su tierra. Esta no es su tierra. No es mi Rey”. El rey Carlos no hizo caso a la manifestante y permaneció sentado junto a Camilla en la tribuna, aparentemente impasible ante el incidente.
El día arrancó con una ceremonia de bienvenida al Parlamento por parte de la anciana Violet Sheridan del pueblo aborigen Ngunnawa y siguió el turno de Anthony Albanese, primer ministro de Australia, y del líder de la oposición, Peter Dutton. Albanese tuvo un recuerdo para Isabel II a la que describió como “un hilo brillante a través de la historia de Australi”:
“Desde su primera visita en 1966, se adentró en los corazones australianos, al igual que usted se ha adentrado en los nuestros. Ha conocido la gran belleza natural de este continente, la calidad, la fuerza y el humor de nuestra gente que se traduce en un afecto que fluye en ambos sentidos”, dijo.