Para Kamala Harris el hecho de que los demócratas estén nerviosos por perder las elecciones presidenciales puede ser un punto a su favor porque significaría que los votantes asistirán a las urnas.
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Si bien la preocupación aumentó con un Joe Biden frente al Partido Democrático, la situación se apaciguó cuando este abandonó la carrera presidencial y le dio paso a Harris. Ahora los números de Harris están estancados. Según encuestas, los votantes demócratas están preocupados de que Donald Trump aún pueda recuperar el poder.
Nerviosismo colectivo entre los demócratas
Harris parece aceptar el nerviosismo colectivo y, según ella, si los demócratas temen perder, es más probable que acudan a las urnas y la ayuden a ganar.
Sin embargo, surgen quejas internas. Activistas del Partido Demócrata sugieren de que no está realizando suficientes manifestaciones después de decir que no estaba haciendo suficientes entrevistas.
“Está tratando de motivar a sus votantes porque no está rindiendo al nivel que Hillary Clinton tuvo en 2016 o Joe Biden en 2020 entre los grupos demócratas clave”, dijo John McLaughlin, un encuestador de Trump.
Autoproclamarse perdedora
Las afirmaciones de que Harris no es la favorita equivalen a “un complot liberal para hacernos confiar demasiado en el lado de Trump”, añadió. Las campañas demócratas anteriores “intentaron hace cuatro y ocho años convencernos de que no podíamos ganar, y ganamos una y fallamos por poco en la otra”.
Aunque Harris intente hacer una estrategia, su campaña demuestra que tiene debilidades y algunos afirman que debe acelerar el ritmo de sus actos de campaña y mostrar la espontaneidad que a los votantes les gusta ver.
“Tienen que desenmascararla”, dijo el legislador. “Tiene que mostrar sus emociones y mostrar su pasión. Donald Trump está loco, pero es real. Ella tiene que demostrarle a la gente que es real, y la gente tiene que creer que está luchando por este puesto”.
