Un vuelo de Turkish Airlines que partió de Seattle con destino a Estambul se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, luego de que el capitán de la aeronave, Ilcehin Pehlivan, de 59 años, muriera en pleno vuelo.
El incidente ocurrió el martes por la noche, y la noticia fue confirmada por la aerolínea a través de un comunicado. Pehlivan, quien había trabajado para Turkish Airlines desde 2007, se desplomó mientras el avión volaba sobre el territorio canadiense de Nunavut, lo que obligó al copiloto y a un segundo piloto a tomar el control de la aeronave.
Un piloto muerto y un aterrizaje de emergencia la historia del vuelo TK204 de Turkish Airlines
A pesar de los intentos de reanimación por parte de la tripulación, Pehlivan falleció antes de que se pudiera completar el aterrizaje de emergencia. El vuelo TK204, un Airbus A350, despegó de Seattle poco después de las 19:00 horas del martes y, tras el incidente, la tripulación decidió desviar el vuelo hacia Nueva York.
La aeronave acabó aterrizando en el aeropuerto JFK unas tres horas después del trágico evento. La aerolínea informó que se realizaron las gestiones necesarias para trasladar a los pasajeros desde Nueva York a su destino final en Estambul. La causa de la muerte del capitán no ha sido revelada aún.
Turkish Airlines confirmó que Pehlivan había pasado un examen médico regular en marzo de este año, sin que se detectara ningún problema de salud que pudiera haberle impedido continuar con su trabajo. Según las normativas de aviación, los pilotos mayores de 40 años deben someterse a revisiones médicas cada seis meses.
Triste noticia para el mundo de la aviación
Este incidente recuerda un caso similar ocurrido en 2015, cuando un piloto de American Airlines también falleció en pleno vuelo, obligando a su copiloto a realizar un aterrizaje de emergencia. La comunidad de aviación, incluida la asociación de controladores aéreos de Turquía, ha expresado sus condolencias a la familia, amigos y colegas de Pehlivan.
Aunque este tipo de tragedias son inusuales, subrayan la importancia de contar con un equipo bien entrenado para manejar emergencias en pleno vuelo. El vuelo TK204 pudo aterrizar sin incidentes mayores, y la seguridad de los pasajeros se mantuvo en todo momento, gracias a la rápida actuación de los otros miembros de la tripulación.