El inicio de Rosh Hashaná, el año nuevo judío, se celebrará este año bajo un clima de incertidumbre y sobre todo, muchísima tensión en Israel, debido a la escalada de ataques por parte de Irán y la intensificación de su ofensiva contra Hezbollah en el sur de El Líbano.
En las últimas horas, más de 180 misiles han sido lanzados por Irán hacia varias partes del país, lo que ha generado una respuesta inmediata de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). Las regiones del sur, cercanas a la Franja de Gaza, se encuentran prácticamente evacuadas, mientras que en el norte, las rutas están tomadas por vehículos militares que participan en la ofensiva.
Rosh Hashaná bajo amenaza
A toda costa los israelíes intentan mantener vivas las tradiciones de Rosh Hashaná, sin embargo, el ambiente en ciudades como Tel Aviv está marcado por la tensión, con sirenas antiaéreas que interrumpen la vida cotidiana y obligan a la población a refugiarse de los ataques.
La seguridad en el país ha sido reforzada y el aeropuerto Ben Gurion, uno de los puntos más transitados, ha aumentado los controles para garantizar la protección de los viajeros. El temor también se extiende más allá de los misiles ya que, por ejemplo, en Tel Aviv un ataque terrorista reciente ha dejado ocho personas muertas, lo que ha generado preocupación por el aumento de la violencia interna.
Este panorama de creciente violencia ha captado la atención de la comunidad internacional, que teme que la situación escale hacia un conflicto de mayores proporciones en la región, por ello, la celebración de Rosh Hashaná se ve marcada por el temor y el futuro inmediato de Israel está lleno de incertidumbre mientras el país atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente.