Semana de fuego que genera bastante preocupación en todo el mundo, en especial en los Estados Unidos, debido a la dura situación que se vive en el Medio Oriente, misma que notablemente se ha deteriorado de forma drástica ante el reciente aumento de hostilidades entre Israel y Hezbollah.
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En la mañana de este viernes 20 de septiembre, el grupo militante libanés lanzó más de 140 cohetes hacia el norte de Israel, marcando el ataque más significativo desde el 7 de octubre del año pasado.
En respuesta, las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a cabo un bombardeo intensivo sobre varias áreas de Beirut, incluida la eliminación de Ibrahim Aqil, un alto comandante de Hezbollah, que tenía un pedido de captura de Estados Unidos. Según un comunicado militar, los ataques fueron dirigidos por la División de Inteligencia de Israel, y Aqil era conocido por su responsabilidad en operaciones militares y ataques con misiles.
Estados Unidos buscaba hace décadas a Aqil, a quien acusaba de estar involucrado en diversos atentados que costaron la vida a más de 350 personas, la mayoría de ellas marines americanos, en 1983.
Los marines llegaron como fuerzas de paz convocados por el gobierno libanés en medio de la guerra civil en dicho país. El 23 de octubre, camiones suicidas con explosivos detonaron en los cuarteles de los militares estadounidenses y franceses, con un saldo de 307 fallecidos. El hecho ocurrió meses después de otro atentado, esta vez en la Embajada de Estados Unidos en Beirut que costó la vida a más de 60 personas.
Venganza sin tregua y preocupación de los Estados Unidos
Hezbollah informó en las últimas horas que al menos 8 personas han muerto y más de 59 han resultado heridas como consecuencia de los bombardeos israelíes. El grupo afirma haber atacado una base de inteligencia israelí en represalia. La creciente tensión ha llevado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a retrasar su viaje a Nueva York, inicialmente programado para el 24 de septiembre, debido a la inestabilidad en la frontera con Líbano.
Desde Estados Unidos, hay una preocupación creciente de que una posible incursión terrestre israelí en el sur del Líbano podría desencadenar un conflicto regional incontrolable.
Por su parte, el presidente Joe Biden hizo un llamado para facilitar el retorno de las poblaciones desplazadas, con más de 60.000 evacuados en el norte de Israel y cifras similares en Líbano.
