WASHINGTON (AP) — Kamala Harris trató varias veces de provocar a Donald Trump en el primer debate presidencial entre ambos candidatos, recordándole en varias ocasiones la derrota electoral que él aún niega, y burlándose de algunas otras de sus afirmaciones falsas. Esto provocó que el candidato republicano lanzara la clase de ataques personales de los que sus asesores y simpatizantes han tratado de alejarlo.
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El primer debate presidencial entre Harris y Trump se realizó en Filadelfia y fue transmitido por la cadena ABC. Los moderadores fueron los periodistas David Muir y Linsey Davis.
Los principales temas de discusión durante 90 minutos estuvieron relacionados con el aborto, la inmigración y la democracia durante su primer, y quizás único, debate. La candidatura de Harris ahora quiere un segundo cara a cara, pero el candidato republicano no se mostró dispuesto a confirmarlo en una conversación con los periodistas.
Un debate muy distinto al de junio entre Trump y Biden
Harris presentó los argumentos demócratas de una mejor manera de lo que lo hizo Biden durante su debate de junio, lo que presagia una contienda mucho más competitiva.
Ambos candidatos detallaron sus visiones contrastantes sobre el estado de la nación y hacia dónde pretenden dirigirla en caso de llegar a la presidencia. Harris prometió recortes fiscales para la clase media y señaló que buscaría restaurar los derechos al aborto a nivel federal, los cuales fueron anulados por la Corte Suprema hace dos años.
Trump, por su parte, señaló que sus propuestas arancelarias ayudarían a que los aliados de Estados Unidos dejen de aprovecharse del país en cuestiones comerciales, y añadió que trabajará con prontitud para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Por momentos, Harris sacudió la cabeza de forma burlona mientras Trump hablaba, en ocasiones mirándolo fijamente con la mano en la barbilla, mientras que el republicano parecía que trataba de evitar ver a la demócrata.
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Trump se apegó al libreto que toca en sus actos de campaña y a sus ataques que son populares entre su base de simpatizantes, pero que a sus asesores les preocupa que no sean atractivos entre un sector más amplio de votantes.
En cierto punto, Harris se volteó a ver a Trump y dijo que, como vicepresidenta, ha hablado con dignatarios extranjeros “y dicen que usted es una vergüenza”.
Trump volvió a negar su derrota ante el presidente Joe Biden de hace cuatro años, cuando sus intentos por revertir el resultado dieron lugar a la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio federal.
“Donald Trump fue despedido por 81 millones de personas”, dijo Harris. “Así que dejemos eso en claro. Y evidentemente le cuesta mucho trabajo procesar eso”.
Los constantes ataques de Harris a Trump parecieron sacarlo de foco y en más de una ocasión se le vio molesto, subió la voz en algunas respuestas e hizo declaraciones exageradas o derechamente falsas, como cuando acusó a un grupo de inmigrantes de comer mascotas en una ciudad de Ohio o que “recibió una bala en la cabeza” por la retórica de los demócratas.
Trump, en cambio, trató de relacionar a Harris con Biden, preguntándole por qué no había tomado acciones sobre sus propuestas mientras se desempeñaba como vicepresidenta, y centró sus ataques en la migración ilegal.
El republicano prometió nuevamente deportar a millones de personas que se encuentran sin autorización en Estados Unidos y advirtió que Harris era “peor que Biden” y que sus políticas convertirían a Estados Unidos “en Venezuela en esteroides”.
La actitud de Trump después del debate
En una sorpresiva actitud, que por muchos fue interpretada como un símbolo de derrota, Donald Trump ingresó al salón de entrevistas y análisis para entregar su versión del debate. El candidato republicano acusó a ABC, dijo que debido a la actitud de los moderadores fue un debate de “tres contra uno” y afirmó que había sido su mejor presentación de la historia.
A su vez aseguró sin mostrar datos de que las encuestas lo daban como ganador.
Distintos analistas comentaron que la decisión de Trump de ir a hablar con los periodistas fue para interrumpir los análisis que lo daban como perdedor e intentar imponer su punto de vista.