Este domingo 1 de septiembre, Björn Höcke, del partido radical Alternativa para Alemania (AfD), salió victorioso en las elecciones regionales de Turingia, con el 33,1% de los votos, seguida por la CDU (conservadores) con el 24,3%, la Liga Sahra Wagenknecht (BSW, socialista) con el 15%, La Izquierda con el 12% y el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz con el 6,5%.
El docente y político alemán de 52 años, quiere ser el primer dirigente ultraderechista en asumir el gobierno de un estado federado alemán desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Neonazi para algunos, patriota y perseguido político para otros, el miembro del Parlamento Regional Turingio se convirtió en las últimas horas en tendencia mundial en distintas redes sociales por el extremismo en su accionar en muchos casos, que lo catalogan por un cierto sector de la política europea como un antisemita.
Björn Höcke
Una carrera política bastante atípica la de Höcke, ya que casi a sus 40 años era solo un profesor de historia y para nada estaba ligado a la política. Sin embargo, en 2013 realizó un cambio drástico en su vida y ahora en el actual 2024, se convirtió en la máxima figura alemana del ultraderechismo, algo que no se veía desde hace más de 80 años.
Con un padre con posiciones extremas (pagaba la suscripción de la revista “Der Bauernschaft”, que varias veces salió de circulación por posturas abiertamente antisemitas), fue de a poco escalando en AfD por su estilo directo, situación que cautivó a muchos seguidores molestos por la desigualdad social y económica en relación con sus vecinos occidentales y el aumento de la inmigración musulmana.
Es considerado por muchos como un neonazi ya que fue condenado por usar una consigna nazi en sus actos de campaña. Se trata de “Todo por Alemania”, el lema de la organización de Adolf Hitler, las “Sturmabteilung” o “Tropas de Asalto”, conocidas también como las SA, la cual está prohibida por las leyes alemanas.
En su libro publicado en 2018, “Gesprächband”, escribió que es incorrecto representar a “Hitler como totalmente maligno”. Además, Höcke calificó de “monumento de la vergüenza” al monolito que recuerdo a los seis millones de judíos masacrados durante el Holocausto.